Andrea Espinar siempre amó el arte, pero en especial ése que transmite emociones, recuerdos y crea memorias. Saphi, su compañero espiritual, fue parte de sus primeros trabajos personales y ayudó a que su emprendimiento diera un salto exponencial en las redes sociales. En adelante, muchas personas han deseado tener el retrato bordado de su pequeña mascota. Magacín 247, conversó con Andrea Espinar para conocer la historia de ‘Hilos Creativos’.
¿Siempre has estado relacionada con los bordados?
No, mi acercamiento con los hilos se da a inicios del 2019 por una tesis que debía desarrollar para mi carrera como Terapeuta en Artes Expresivas. El proyecto teórico habla de cómo el arte puede generar nuevos recuerdos y ayudarnos a trabajar las ausencias y las pérdidas.
Eso me llevó a coger los hilos y las telas. Lo curioso es que desde el primer día, bordar, me resultó muy familiar. De pronto sabía qué hacer, como si se tratase de recordar algo que, curiosamente, nunca antes había hecho.
Cómo un don innato…
Exacto. Me sorprendí al descubrir que tenía un legado femenino que me respaldaba. Tengo recuerdos de mi mamá cosiendo en una máquina, ocasionalmente. Pero después, cuando empecé a bordar, me sorprendió enterarme que mi abuela se había dedicado toda su vida a la costura y dentro de eso también al bordado.
¿Bordados artesanales?
No, ella trabajaba con lentejuelas y pedrería. Elaboraba hermosos vestidos de novia y de fiesta. ¡Todo lo que es alta costura!
¿Consideras que tu habilidad es una herencia?
Sí, y eso me hizo entender esa naturalidad y familiaridad que sentía al coger los hilos y la aguja. Me hizo amar aún más el bordado, por todo el significado que tenía para mí dado que nunca conocí a mi abuela.
Ella murió cuando tenía un año de edad, así que aprendí a generar mis propios recuerdos con ella a través del bordado.
¿Y quién te enseñó todo lo que sabes ahora?
Busqué artistas textiles, bordadores y artesanos y me preparé. Aprendí todas las técnicas y desarrollé mi propio estilo. Bordar en mis inicios se convirtió en una necesidad de saber más.
¿A qué te dedicabas antes de la pandemia?
Me dedicaba a mi trabajo como terapeuta de artes expresivas, daba clases en nidos a niños pequeños desde el enfoque de las artes expresivas, dictaba talleres artísticos y también a mi trabajo como fotógrafa.
Por otro lado ‘Hilos Creativos’ ya existía como plataforma social desde el 2019, pero fue recién en medio de la cuarentena que trabajé en ella con fuerza para exponer mis bordados y todos mis trabajos creativos.
¿Qué recuerdas del momento en que decidiste emprender este proyecto?
Recuerdo al presidente de la República decretando la cuarentena y luego ver mis ingresos fijos venirse abajo. En ese momento decidí que debía reinventarme. Y como ya venía bordando, me dije: «¡vamos con Hilos creativos! !Vamos a darle con todo!»
¿Y qué fue lo primero que bordaste para Hilos Creativos ?
Una serie de corazones. También una cruz ayacuchana y una mascota, los cuales compartí en el facebook de Hilos Creativos.
¿Ese post de tus trabajos te dio la patadita de la suerte?
Sí, aunque no creo en la suerte. Recuerdo que cuando subí todas esas fotos a la red social empezaron a escribirme para pedirme que bordara a sus pequeños porque querían un recuerdo bonito de su mascota. Pero me pidieron muchas otras cosas…¡Desde ese momento no he parado de bordar!
¿Eres dog lover?
Sí. ¡Saphi tiene 12 años y es adoptado! Me enamoré de sus ojitos porque me recordaron a Soltera, otra compañera espiritual que tuve y que murió hace ya muchos años. Y a veces he sentido que Saphi es como la reencarnación de Soltera, porque tiene el mismo carácter y hasta la personalidad. Saphi es dormilón, medio flojo, tranquilo, nada bullanguero, y así también era Soltera. ¡Amo a Saphi!
¿Y qué significa Saphi?
Es una palabra quechua que significa raíz.
De todos los pedidos que has recibido, ¿qué trabajo recuerdas más?
El de un corazón. Cuando me llamaron para hacer el pedido me contaron que buscaban la representación de un amor del pasado que aún se mantenía vivo, un amor que había trascendido al tiempo, la distancia y las circunstancias.
Me tocó tanto emocionalmente que de pronto supe cómo hacerlo, qué colores usar y los tipos de puntos a dar, etc. Por eso digo que el arte te conecta con lo más profundo de tu ser, con tus emociones; y al mismo tiempo ayuda a crear nuevos recuerdos y memorias.
¿Qué pedidos son los que más te emociona bordar?
¡Todos! Cada llamada que hacen por un pedido me emociona por la historia que hay detrás de ese encargo. He bordado mascarillas, mascotas, personajes como Homero Simpson, Frida Kahlo y Vincent van Gogh, aunque el último para un proyecto del MAC. También he tejido a crochet llaveros, pantuflas, atrapasueños, organizadores de trapillo y más. ¡Recibo proyectos muy variados y los hago con amor!
¿Cuánto te toma terminar un proyecto?
Depende de lo que me piden. A veces me puede tomar un día, una semana o máximo tres.
¿Qué significa para ti el bordado?
Para mí significa conectar con mi interior. Siento que en cada puntada que doy estoy bordando una especie de tela personal. ¡Amo bordar, por eso lo hago todos los días!
¿Y también enseñas?
Sí, estoy dando talleres de bordado en la MAC de Lima, pero también lo hago de forma particular. Tengo alumnos adultos y pequeños, así que estoy feliz, aunque por esto del covid-19 todas mis clases son vía online.
¿Crees que enseñar ayuda a mantener vivo este tipo de arte?
¡Claro que sí! Perú tiene muchas técnicas hermosas de bordado que debemos rescatar y valorar. Tenemos por ejemplo el estilo ayacuchano, el cusqueño y muchos otros que valen la pena conservar. Pero más allá de un estilo, es el significado de mantener vivo el arte en las personas.