La historia de Edwin Jáuregui Velarde y su emprendimiento ‘Cremoladas Yayo‘ inició con muchas dificultades. Este emprendedor de 51 años, vivió en su momento, la crisis económica del Perú en la década de los 90, y con ayuda de sus padres, quienes le cedieron un espacio en la cochera, inició con su negocio de cremoladas, que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en lo que es actualmente.
Velarde tomó un curso de manejo de frutas y conservación de helados y cremoladas en la Universidad Nacional Agraria La Molina, que lo preparó aún más para este emprendimiento.
Desde su tienda ‘Cremoladas Yayo‘, en Breña, Magacín 247 entrevistó a Edwin Jáuregui, quién nos contó un poco de su historia y cómo surgió este negocio tan popular.
¿Cómo surgió la idea de crear ‘Cremoladas Yayo’?
La necesidad es la que me obligó a iniciar este negocio. Inicialmente empecé con algo muy rústico. Mis padres me cedieron un espacio en la cochera de su casa y con la licuadora de mi mamá y su frigidaire, pude hacer unos refrescos tipo cremoladas, porque eran muy aguados en ese tiempo. Así fue como empecé, a la semana me compré mi congeladora y el negocio fue creciendo poco a poco.
¿De dónde nace el nombre de ‘Yayo’?
Inicialmente no había un nombre y cuando tuve reconocimientos, tenía que ponerle una marca para identificarme y poder seguir creciendo. Pensaba en diferentes nombres, pero después dije ¿Por qué no colocarle como me llaman?
Yayo es fácil de reconocer, corto y sencillo de recordar. Recordé que cuando era pequeño, era muy travieso y paraba haciendo muchas yayas, le decía a mi mamá: Me hice yaya. Mis hermanos me decían ‘Yayo’, y desde ese momento todo el mundo me llama Yayo, en el barrio, en la casa, en todas partes. Como me identifico con ese nombre, decidí ponerle ‘Cremoladas Yayo’.
¿Cómo fue el desarrollo de creación de la empresa? ¿Qué aprendiste durante este proceso?
Empecé sin experiencia. Era un estudiante universitario y había una crisis por los años 90, más o menos en esa fecha. Todo estaba caro, subían las cosas y no tenía para mis pasajes. Mi padre trabajaba en una empresa textil que había caído, yo era un muchacho joven que quería estudiar.
Ya no había plata para comer, me fui a buscar trabajos y como quería estudiar, necesitaba tener trabajos que concordaran con los horarios de estudio, pero se me hacía muy difícil. La única forma que había era hacer un negocio y pasaban por mi cabeza diferentes opciones, hasta que vi un modelo de cremoladas, algo así como un congelado con trocitos de hielo y frutas. Me vino esa idea y comencé a imitarla y a hacerla realidad.
Fue muy difícil al principio, porque en ese tiempo había escasez de azúcar y leche, también existían problemas de cortes de luz, apagones y de esa forma se me hacía muy difícil trabajar, pero era lo único a lo que tenía que apostar, no había otra opción.
Ante tantas dificultades, ¿Cómo lograste hacerles frente?
Fui perseverante, continuo, constante y logré superar esos períodos malos y difíciles. Años después vino el problema del cólera y tuve que enfrentarme a ello, como tenía un negocio pequeño, sacaba mis ollas grandotas y mi cocina industrial y comenzaba a hervir el agua, luego ponía mi letrero: ‘Cremoladas con agua hervida‘.
Tenía que ingeniarme las formas de darle confianza al cliente, que realmente yo trabajaba bien y que utilizaba buena agua. En todo ese camino que pasé, fui aprendiendo y creando mis nuevos sabores, pero la misma experiencia y práctica te va haciendo cada vez mejor. Los errores que cometí, no los volví a repetir. Hay sabores que incluso por error hice, aprendí de ello. Fui experimentando y mejorando con los años y así inicié con cuatro sabores el negocio.
Entonces la perseverancia ha sido tu mejor aliada…
Creo que mucha gente tira la toalla y deja de luchar, en mi caso yo fui perseverante y superé los obstáculos. Cuando uno hace un negocio siempre se va a encontrar con obstáculos, pero hay que seguir siendo perseverantes, creyendo en tu producto, que sí funcionará el negocio y teniendo fe de que podemos superar todo.
Siempre se presentarán obstáculos, no es fácil. Me pongo a pensar todo lo que he superado y las cosas que se me han cruzado. Recuerdo que tenía un tío cerca de la zona y cuando había racionamiento de luz en mi zona, en la casa mía no había luz, entonces tenía que cargar la congeladora a la zona de mi tío y de ahí llevar los bidones de mis cremoladas para que se congelaran. Este trabajo era sacrificado, fuerte, era bastante duro. Muchas veces decía ya no doy más, es agotador, pero todo pasa.
¿Qué sabores de cremoladas tienen y cuál es el más pedido?
Tenemos una infinidad de sabores de la Costa, Sierra y Selva. Los limeños por naturaleza son muy dulceros, les gusta más el coco con leche, lúcuma con leche. Aquí en Lima no solamente hay limeños, sino también provincianos y hay gente que viene con las ideas de sus sabores, son regionalistas, piden frutas y se identifican más con esos sabores.
Por ejemplo, los de la selva piden el Aguaje, Taperibá, el Camu-Camu, y los del sur consumen mucho el queso helado, sabores como la chicha morada y los clásicos coco, mango, fresa. También hemos hecho sabores como las hojas de eucalipto que tienen una fragancia muy fuerte, pero hay personas que les gusta sentir ese sabor. Otro sabor es el hojas de rosas, las cuales son bastante relajantes para quien lo consume.
Tenemos los más conocidos como la maracuyá y además otros que muy poco se aplican y en ‘Cremoladas Yayo’ lo utilizamos mucho, como las frutas del bosque como las frambuesas, arándanos, moras, zarzamora.
Del norte tenemos el tamarindo, la ciruela, el mango y hay mucha gente que los busca. Además de refrescarte, la cremolada está hecha a base de frutas y también tiene beneficios. Por ejemplo, si consumes una cremolada de tamarindo, te ayuda para corregir tu estómago, ya que es un laxante natural; así como también el membrillo. La ciruela te ayudan a la digestión y diría que en la fruta está nuestra salud, porque tienen antioxidantes, vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita. Las ‘Cremoladas Yayo’ son preparadas a base de pura fruta.
¿Quiénes te apoyaron en la creación de este negocio?
Inicialmente, mi madre fue mi gran aliada, ella me dio su frigidaire, parte de su hielera, sus tres licuadoras, su espacio y todo su apoyo para seguir creciendo poco a poco. Conforme pasaron los años mi apoyo es mi familia, mis hijos, mi esposa. Ellos están pendientes y apoyándome en mi negocio. Mis hijos son pequeños, pero mi esposa sí es la que está al tanto, coordinando las actividades, porque además de las tiendas que tenemos también hay diversos eventos en ferias, clínicas, ministerios y por los años que hemos tenido ya existe mucha relación y somos invitados a los eventos y ferias que hacen las empresas.
¿Quiénes conforman su equipo de trabajo en la actualidad?
Con los años he formado un equipo. En la parte de la fábrica, en la temporada de verano se toma un poco más de personal y cuando estamos en invierno solamente se queda el equipo principal.
Este personal conoce su materia, su puesto, cada uno hace sus labores. En mi caso, mi labor ha sido estar verificando y la otra parte ver los contactos, más que todo con los clientes, porque tengo invitaciones para diferentes eventos y soy el que los mueve y busca cómo hacer contrato con estos.
En estos tiempos de virtualidad ¿Cómo utilizan las redes sociales en el negocio?
Nosotros usamos el Facebook, Twitter tenemos un página web también. Las redes sociales ayudan bastante, incluso ahora con Glovo, Rappi y otros servicios, ya no es necesario por nuestra parte tener motorizados que lleven un pedido, ya que las personas mandan su pedido con las agencias que hay en las redes. El comercio ahora es muy ventajoso por esa parte.
¿Cuáles son los planes y proyectos a futuro con ‘Cremoladas Yayo’?
Que nuestra zona local siga creciendo. Ahora estamos con un cuarto local, este martes 12 de enero de este año abrimos el de Los Olivos y nuestra idea es seguir creciendo.
De ahí, ¿Por qué no ambicionar un poco a algo provincial y pasar a algo regional? Ir a las regiones de los países, a Bolivia, Ecuador y otros países vecinos. He tenido bastantes invitaciones, pero todavía no se ha tomado la decisión, sin embargo está entre una de las visiones que tenemos para seguir creciendo, llegar a internacionalizarnos.
¿Qué le aconsejarías a alguien que está pensando en crear su propio emprendimiento?
Pensar en hacer negocio y apostar. Tener en cuenta que no es fácil hacer un negocio hay muchos obstáculos, pero si uno tiene perseverancia y constancia, todo pasa y podemos lograr el éxito. La idea es creer en uno y en su producto, tener fe en que va a resultar y apostar el cien por ciento a ello.
¿Qué protocolos sanitarios están cumpliendo para preparar las cremoladas?
En las fábricas se es más minucioso. Desde que ingresan, el personal tiene que desinfectarse, pasar por una limpieza completa, debe llevar su vestimenta correcta y así poder ingresar a la fábrica.
Después de eso, nuestro procedimiento es desinfectar todos los materiales, las mesas, los equipos y todo antes de proceder a trabajar. Una vez que ya esté desinfectado todo, iniciamos el procedimiento de trabajo. Eso es por parte de la fábrica.
¿Y en la tienda?
Para la tienda los protocolos que se usan es mantener la distancia y la higiene. La limpieza es importante mantenerla en las tiendas y con respecto a los clientes, al ingresar tenemos alcohol y lo más importante es mantener la distancia entre una y otra persona.
La atención en ‘Cremoladas Yayo’ solamente es para llevar. Las personas vienen a comprar y se lo llevan, vienen a recogerlo, se lo llevan los motorizados de delivery o llevamos las cremoladas, pero no hay mesas en ninguno de nuestros locales solo es para recoger. Debido al Covid-19, tratamos de no aglomerar a mucha gente. La idea es mantener una distancia.
¿Qué sabores de cremoladas recomendarías comprar en verano?
Yo les recomendaría todos. Cada uno tiene sus gustos, pero para el verano les recomiendo los más frescos, como una cremolada de limón, de chicha morada que tiene su toque ácido, la guanábana, que también es muy fresca para este verano, pisco sour. Hay una infinidad de sabores, la maracuyá y la ciruela, que son bastante frescas y cítricas, tienen vitamina C y eso ayuda a mejorar la inmunidad. También el Camu-Camu, que mejora el sistema inmunológico.
¿Cómo podemos ubicarlos?
En Los Olivos, frente a Mega Plaza, por el Banco de la Nación, en la misma Panamericana Norte. En Breña (Av. Tingo Maria #567) frente a Sedapal y en Jr. Manoa #545.
Pueden ubicarnos también en el distrito de San Luis, entre Canadá y Aviación (Av. Aviación 2145). En Facebook e Instagram nos encuentran como ‘Cremoladas Yayo Página Oficial’. Los pedidos pueden realizarlos a través de WhatsApp a este número 966713248, y nuestra página web es http://cremoladasyayo.com.pe/