Las preparaciones como salsas, guarniciones, bebidas gaseosas y postres suelen acompañar la mesa de los peruanos durante la cena navideña. Sin embargo, el consumo de estos preparados puede superar las 4000 calorías en una sola noche, indicaron los nutricionistas del Instituto Nacional de Salud (INS).
«Hay que tener en cuenta que nos encontramos en medio de una pandemia, y el sobrepeso y obesidad son factores de riesgo para el COVID-19, es por eso que si aumentamos el número de calorías en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo podríamos subir unos kilos de más y sumarnos al grupo de población vulnerable. Asimismo, las personas que ya sufren de diabetes e hipertensión deben tener especial cuidado”, manifestó el nutricionista del INS, Axel Ruiz Guillén.
Ensaladas de frutas y verduras
Guillén señaló que las cenas navideñas saludables deben contener ensaladas de verduras y frutas en cantidades superiores a las carnes, tubérculos y arroz para evitar problemas digestivos.
«La ración recomendable de carnes por plato es de 100 gramos que equivale a una rebanada o presa; acompañada de 80 gramos de arroz o cuatro cucharadas y 100 gramos o media unidad de papa. Estos alimentos deben estar acompañados por una porción de ensalada de verduras (plato de entrada) equivalente a 120 gramos y una fruta de 180 gramos«, mencionó.

Cuidado con las gaseosas, helados y otras comidas
El especialista de Nutrición explicó que el consumo excesivo de frutas confitadas, helados, gaseosas, pasteles, salsas con mayonesa, panetón, vino, pisco, champán y cerveza durante la cena de Navidad hace que se sobrepase el requerimiento de 2200 calorías por persona al día.

Vino
«Por ejemplo, un solo vaso de vino de 200 ml equivale a 138 calorías«, indicó y alertó Ruiz, afirmando que la gran cantidad de comida que se consume en estas fiestas origina que la población incremente su peso de dos a cuatro kilos.

Cuidado con quien compartes
Por su parte, la médica infectóloga del INS, Lely Solari enfatizó que la cena debe compartirse solamente con las personas que habitan en casa para evitar el riesgo de trasmisión de la COVID-19.

«Es perfectamente válido querer compartir ese momento con otros familiares o abuelitos, pero no lo recomendamos porque al cenar nos sacamos las mascarillas y aumentamos las probabilidades de contagio y lo último que queremos es exponer a un familiar querido. Lo mejor es ir a visitarlos luego o mejor aún, reunirnos con ellos en espacios abiertos«, explicó.
Durante la comida, también aconsejó abrir las ventanas y llevar los platos servidos a la mesa para evitar que los miembros de la familia compartan cubiertos o utensilios.