‘Cuentos de adobe‘ es un corto que en 17:35 minutos logra cautivarte y llevarte de paseo por la tranquilidad y la paz de los Andes hasta la desesperación de un abuelo que lucha por preservar la inocencia de su nieto durante el conflicto armado más mortífero de la historia del Perú. Este logro lo hizo merecedor de 15 nominaciones y 2 premios en competencias internacionales.
La trama cuenta la historia de Justino Pinchi, un anciano que vive en los Andes peruanos durante los años en los que el terrorismo se gestaba en el Perú. Justino se hace cargo de su nieto, Fausto, y quiere evitar a toda costa que se entere de la cruda realidad que atravesaba el país. ¿Cómo surgió el corto?
Esa fue la pregunta que les hice a Alexis Ruiz y Andrés Gaviria, los creadores del proyecto. Alexis cuenta que la idea nació en el 2015, cuando cursaba el tercer ciclo de la carrera de Comunicación Audiovisual Multimedia en el instituto Toulouse Lautrec. En ese entonces solo tenía el concepto: «Un hombre trata de mantener viva la inocencia de un ser querido».
Esta idea se mantuvo en espera, desarrollándose de a pocos. Llegado el séptimo ciclo de la carrera, a Alexis le piden ideas para grabar un ‘teaser’ que, en el futuro, podría convertirse en un corto. Es ahí cuando Andrés entra en escena. «Andrés y yo teníamos esa tradición que a la hora de la salida siempre nos íbamos en su carro y él me jalaba hasta mi casa. Fue ahí cuando hicimos un ‘ping pong’ con algunas ideas que podríamos usar para el corto», me contó Alexis.
Y así nacieron 2 historias: un corto ‘de época’, ambientado en la década de 1950, y el boceto de ‘Cuentos de adobe‘. «Le comentamos a Carla Levi, nuestra profesora, y nos dijo que era nuestra decisión, que nosotros íbamos a conseguir el auspicio. Le dije a Alexis «No hay forma, ¿Quién va a querer financiar esto?»», señaló Andrés. Es así que se decidieron por la segunda idea.
«Lo que nos motivó a grabar esta historia es el hecho de poder contarla desde otro punto de vista. Muchas películas tratan el mismo concepto bajo una mirada de la víctima que sufría, mas no un mirada esperanzadora, una mirada de lucha, es ahí a donde quisimos llegar con el corto», contó Alexis.
En un inicio quisieron hacer la grabación en provincia, lo que hubiera implicado pagar viáticos y otros gastos que no podían permitirse. Así que decidieron grabar en Lima. Pero, ¿Cómo producir la escenografía del film?
«Eran las 7 de la noche, estaba en la casa de Andrés y le dije: ¿porqué no levantamos nosotros las paredes de adobe?», comentó Alexis. Tenían una sala amplia que usarían como set de grabación. Empezaron a cubrir las paredes de dicha estancia con barro, triplay y yute. Pero faltaban 2 elementos importantes: el piso y los espacios vacíos.
Para preparar el piso sacaron tierra del jardín y la esparcieron por toda la sala. Así obtuvo el aspecto rústico que se aprecia en el corto. Sin embargo, aún faltaba rellenar los vacíos, tarea que el director de arte, Antonio Miñano, y la productora, Denisse Cánepa, resolvieron visitando lugares antiguos y comprando la utilería que serviría para concretar el proyecto.
Escribir el guion fue todo un reto, pues debían crear una historia con 2 personajes en una sola locación. Y que la historia no aburriera. Alexis y Andrés soltaban ideas al azar acerca de lo que podría ocurrir de la historia. A partir de esos retazos crearían toda la historia.
«Yo tuve la suerte de conocer a personas que vivieron el terrorismo (…), me contaron que se iba la luz, que se escuchaban disparos: eso es lo que queríamos transmitir en el corto», añadió Alexis. «También teníamos la meta de contar los cuentos como si fueran reales, como si hubieran pasado de generación en generación», argumentó.
Alexis investigó por mucho tiempo la forma en la que se contaban los mitos y cuentos peruanos. Notó que toda la narrativa de los mitos buscaba explicar cosas. «Siempre te cuentan que el ‘Amaru’ voló y por eso se formaron los ríos. Ahí noté que podía abarcarlo de esa manera, hacer que el personaje lo cuente de esa manera».
«La historia más lograda es la del Amaru, fue una de las primeras que Alexis desarrolló. El tema de las historias fue tedioso, fue bastante chamba. Nos quedamos con la del Amaru que fue la más extensa, por eso la escogimos para el teaser», contó Andrés.
Llevar a cabo el proyecto fue arduo y demoró casi un año. «La preproducción duró todo el séptimo ciclo, entre 4 a 6 meses. El tema de producción duró 8 meses, si no fue más», contó Andrés. «Por eso yo siempre digo que nos demoramos un año, o un año y 2 meses», agregó Alexis.
Nombrar el recién creado corto fue una tarea que demandaría no poco esfuerzo. Alexis y Andrés hicieron una «lluvia de ideas» con propuestas para el título. Ninguna lograría convencerlos, así que decidieron irse a lo más simple: preguntarse qué tenía la película. Fue así que la escenografía basada en paredes de adobe y los cuentos creados por Justino le dieron el título al corto: ‘Cuentos de adobe’.
El corto incluye pequeños diálogos grabados en quechua. Al ambientar el corto en los Andes de 1983, los diálogos en quechua se volvieron necesarios para completar la trama.
Desde un inicio la intención fue enviar el corto a la DAFO. Ellos creían que, tras terminar de grabar el corto, tendrían 2 meses para editarlo y enviarlo. Pero no fue así. «Tuvimos una semana y media para editar, colorizar, hacer la post de sonido y hacer el papeleo. (…) Mientras Andrés colorizaba, yo editaba el sonido y Denisse iba al Ministerio de Cultura a dejar los papeles», señaló Alexis.
Pese al corto tiempo y la angustia de, tal vez, no llegar enviar el corto, lograron hacerlo. En ese momento ya habían cumplido su cometido, no esperaron mayores logros.
Sin embargo, llegaron a tener 15 nominaciones. «Nos ha dado grandes sorpresas, no nos imaginamos lo que se vendría después. (…) La que nos decía que sí podríamos era nuestra profesora (Carla Levi)», contó Andrés.
«Sí tuvimos la intención de enviarlo a festivales, pero era algo secundario. (…) Hasta ahora nos seguimos preguntando qué hemos hecho, no esperábamos esto», contó Alexis.
«Estos galardones, esta difusión, es una manera de dar gracias a las personas que nos apoyaron. A nuestros profesores, a nuestros amigos, a nuestros padres que, cuando es dijimos que íbamos a hacer el corto, solo nos dijeron ‘Ya, para adelante’, estos logros son la única manera de decir gracias a todas esas personas», agregó Alexis.
El corto ha sido nominado al Festival de Cine Cortos CineValor 2020, al Festival Cortos de Vista, Festival de Cine de Trujillo, al Festival Cine con Chifles, Festival Internacional de Cine Austral, FlickFair, Best of Latin America Short Film Festival, First Time FlimMaker Sessions, el Tercer Festival Internacional de Cine Meihodo, Festival di Cinema di Cefalú, Rassam International Short Film Festival y el Leloun International Film Festival. Además fue galardonado en el Festival de Cine Académico Corte y Queda y el Festival de Cinema Estudantil Guaíba de Brasil.
Los jóvenes directores tienen en mente nuevas ideas. Sin embargo, aún esperan ganar un par de festivales más este año con ‘Cuentos de adobe‘. Como dijo Andrés: «Ahora ya no retroceder ni para tomar impulso».