Empatía es la palabra favorita de Stefano Salvini y quizá la que más lo defina, el actor de 28 años con una carrera en la actuación que va en ascenso, goza de una popularidad arrasadora, en Instagram tiene más de medio millón de seguidores y actualmente lo vemos en la sintonizada telenovela ‘Princesas’ dando vida a ‘La Bestia’, papel con el que sigue sumando fanáticos.
Pero, es Stefano Salvini, además de ser uno de los jóvenes actores más exitosos, un amante del respeto a los animales – desde hace cinco años es vegano- y es un artista consciente de que todo se lo debe a sus fans. Por ello, nunca mezquina a quien se le acerque a pedirle un selfie o saludo. Antes que todo, Salvini se considera un hombre aterrizado y agradecido. Ama los personajes que lo reten y no necesariamente en los que resalte su belleza
Y es así como nos recibió, con esa sonrisa amplia, el cabello desordenado y la disposición para iniciar una extensa conversación con Magacín 247 en la que hablamos de sus inicios, sueños, amor y por supuesto de ‘Princesas’.
A diario te vemos en el papel de ‘La Bestia’ en la telenovela ‘Princesas’ la cual ha tenido una excelente acogida al ser uno de los programas más vistos de la televisión…
Eso me pone muy feliz porque es como la recompensa a todo el trabajo que hacemos. El hecho de que la sintonía sea alta nos podría dar la oportunidad de que haya una segunda temporada. Es un logro.
Más aún que en estos tiempos complicados de pandemia trabajar en lo que a uno le gusta es todo un logro…
A lo largo de mi carrera en la actuación he tenido suerte, pero eso no significa que no me haya caído en algún momento. He pasado por épocas en las que viví solo, no tenía trabajo y me tuve que replantear muchas cosas y vivía ‘ajustando el bolsillo’. Aun así, considero el arte de actuar como sagrado y está por encima de cualquier cosa.
¿El papel de ‘La Bestia’ ha sido muy retador para ti?
Para empezar esta ‘Bestia’ no fue hecha para que esté caracterizada. Simplemente era un vagabundo y para lograr eso me dejé el pelo de una determinada manera y también la barba. El personaje es un chico que ha sufrido violencia infantil y por esto se alejaba de la gente. Lo convierte en ‘La Bestia’ esos ataques de ira que no puede controlar, es voluble y siempre está a la defensiva, como un caparazón. ‘La Bestia’ que yo personifiqué lo volví más un tema psicológico.
Lo curioso es que cuando me llamaron para este proyecto yo iba a ser uno de los príncipes, pero quería interpretar a ‘La Bestia’ y se dio la oportunidad de que las cosas cambiarán. Ese papel era algo que yo anhelaba y me retaba. Y al final me lo dieron a mí que hasta terminé cantando uno de los temas de la telenovela.
¡Y se dio!
Pasó que cuando me hablaron de los personajes de ‘Princesas’, el que resonó en mí fue precisamente de ‘La Bestia’. Me gustaba cómo estaba planteado, para mí era el más interesante y difícil de hacer. Ha sido un orgullo interpretarlo y he puesto toda mi energía en ese personaje. Sin embargo, no hubiera hecho nada sin la directora Miluska Rosas quien me hacía repetir las escenas hasta que salgan bien y el productor Miguel Zuloaga quien una vez más confió en mí.
En un principio no pensaron en mí porque yo no tenía esas características, ni siquiera tenía barba, ni pelo largo. Cuando a mí me convocaron yo estaba sin barba y con el cabello corto.
Es curioso que un joven como tú con todas las características para ser un galán prefiera los papeles marginales como: ‘Vasco’ y ahora ‘La Bestia’
Más que ser un galán me llaman la atención los personajes con una gran historia detrás, un trasfondo. He recibido propuestas para serlo, pero no he querido. Nunca me he sentido así, ni en la ficción, ni en la vida real. El ser más protagonista o menos, no es lo que me llama de un papel.
¿Prefieres los personajes marginales a los de galán?
Sí, me gustan más estos papeles. Creo que haber estudiado teatro y haber hecho una carrera donde yo siempre he buscado ser versátil, ha hecho que las personas que me han contratado puedan confiar en mí y en hacer personajes complejos que escapan del típico galán. Como actor quiero hacer todo tipo de personajes y darle mi propio estilo, mi propio toque.
Prefiero los personajes marginales que tienen una historia extra a la de ser un galán, que a lo mejor sólo son historias románticas. Me gusta que los personajes tengan una historia que se desarrolle, que se superen a sí mismos y a que a la gente los haga sentir identificados.
¿Cómo ha sido trabajar con Flavia Laos?
Muy bien trabajar con Flavia. No ha sido fácil para los dos porque son personajes con mucha carga emocional. Sin embargo, en todo momento he sentido el apoyo de ella. En ‘Princesas’ he coincidido con muchos actores con los que empecé en el taller de Bruno Odar. La verdad es que en el Perú hay muy buenos actores.
¿Cómo haces para que la fama no se te suba a la cabeza?
La empatía es básica en la vida para avanzar. Mi trabajo es empatizar con las personas, sino le gusto a la gente cómo voy a tener trabajo, me debo netamente a ellos. Yo no entiendo a la gente que se ‘bota’, me dan pena. Se hacen daño ellos mismos, en su carrera y en el arte. Yo me he vuelto conocido y todo, pero nunca se me ocurrió ser sobrado con la gente, me parece de idiotas.
La vida con Alessa
¿Cómo va tu relación con Alessa?
Increíble. Estoy muy enamorado de Alessa. Los dos estamos enamorados tanto de la actuación como de nosotros. Yo siento y disfruto y entiendo mejor la actuación desde que estoy con ella porque es una compañera, una mujer inteligente y centrada que le da base y orden a mi vida. Eso no lo tenía antes. Mi vida es mucho más feliz con ella, el amor verdadero. Me siento amado y aceptado. Alessa vale oro para mí.
¿Tienen planes de casarse?
Sí, tenemos planes de casarnos y celebrar ese día. Construir una relación, consolidarnos como compañeros, viajar y trabajar fuera. Si me pienso casar con alguien, es con ella, si no, no me caso.
Desde hace algún tiempo eres vegano ¿Qué o quién te motivó a seguir este estilo de vida?
Mi perro Bate Johansson. Yo lo adopté, él se estaba muriendo, tenía un tumor, le hicieron varias quimioterapias. Un día llegando de grabar me había comprado una hamburguesa y vi a Bate Johansson que me estaba pidiendo la comida con sus patitas, pero también sentí que me lo estaba comiendo a él. En ese momento me paré y vomité.
Fue una experiencia medio espiritual sentí que había botado todos los animales que había comido en mi vida. Bate Johansson se me acercó y me comenzó a lamer, entonces lo miré a los ojos y le prometí que nunca más en mi vida me comería un animal.