Con su gota de ingenio y a base de botellas de plástico, tapitas, triplay y madera, el profesor de música, Jesús Peralta, levantó el trofeo con su violín botelláfono en el concurso ‘Arte Vecinal Sostenible’ que fue organizado por Industrias San Miguel, Línea 1 y Recicla, Pe!
La palabra correcta para referirse a él tendría que ser ‘Don Jesús’ y no por los años que le pesan encima, sino por respeto a todo su trabajo con y para la ‘triste’ sociedad en la que vivimos. A lo largo de su vida formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigió la del Callao y fundó los Violines de San Juan, proyecto en el que busca ayudar a los más necesitados.
Por ello, hoy en Magacín 247, te contamos la historia de Jesús Peralta, desde que empezó a tocar cuando tenía 17 años en Piura; hasta que terminó por crear el instrumento musical que ha despertado el interés de propios y extraños.
Violín botelláfono
La idea de realizar este instrumento, al que decidió llamar ‘Violín botelláfono’. Nació luego de que su hijo, quien vive en Estados Unidos, y está allá gracias a que ganó dos becas seguidas, primero para la Universidad de Texas a los 16 años y luego a la de Boston, fuera quien le incentivara en participar.
“Oye hay un concurso de material reciclable en Perú, que lo organiza Línea 1 del Metro, Industrias San Miguel y Recicla,pe!, ¿Por qué no participas?- Y yo medio que dudando, acepté”, señala Jesús.
Medio dudando, porque él vive en una casa que no cuenta con un patio o jardín en donde podría serruchar y botar la viruta con tranquilidad. Sin embargo, igual se animó y se puso manos a la obra.
La idea empezó a surgir luego de que a él le pareciera un poco complicado construir un violín normal, ya que, este tiene capas, aros, puentes, columnas y muchas cosas más. Así pues, se le ocurrió hacerlo a base de dos cosas principalmente.
“Una madera y la plancha que emite el sonido nada más. Abajo ya viene la botella que da la capa sonora, arriba la tapita que es el puente. El templador es una botella chiquita. Lo único que hay aquí oficial del violín son las cuerdas, porque las clavijas son pernos, tampoco templadores, los que sirven para regular las cuerdas”, comenta el profesor.

Por ello, es que él dice que tuvo la oportunidad de ganar en dos categorías. Una como mejor instrumento y la otra en mejor canción con el tema ‘Mi Perú’. Y aunque de premio no había dinero, sino productos, USB, libros y una grabación dentro de un estudio. Fue esto último lo que realizó con su instrumento inventado y señala que salió, «muy bien, el sonido muy bueno del violín”.
Violín de Jesús para todos
Lo que busca Jesús con ello, es poder llevarlo a las personas más necesitadas para que los niños puedan conocer a la música, pero de manera gratuita. Por lo que ahora se encuentra en busca de una empresa, que lo financie.
“La idea es buscar una empresa o personas solidarias con ciertos importes para poder iniciar en algo. Porque hay que comprar cuerdas, arcos, etc. Obviamente al haber un capital se puede cubrir ciertos gastos, es muy importante”, señala.
Y además menciona, “yo pienso que eso de vender por ejemplo, no sé a 40 soles, una empresa puede poner ese dinero, para que de esa manera se produzcan y regalen. Eso de vender trae muchas suspicacias sinceramente”.
Sus inicios en la música
Al hablar de su madre, Jesús la recuerda con mucho cariño. “Mami” como le dice él aún, es quien enseñaba a tocar en su natal Piura, diferentes instrumentos como el piano, la guitarra y el acordeón. Ella tenía montada su propia academia de música. pero en ese entonces a él no le llamaba mucho la atención; hasta que un día todo cambió.
Ambos llegaron a Lima cuando él tenía 17 años y aunque todo le pareció bonito dentro de sus largos paseos conociendo la capital, la visita que haría al Campo de Marte le cambiaría la vida.
Un día en el que se encontraban recorriendo la ciudad, su madre le dice para que fueran a escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional. Él se muestra sorprendido, pero pese a ello decide ir y cuando tuvo a la orquesta frente a frente se quedó perplejo y asombrado. Su expresión fue: “¿Qué es esto? ¡Dios mío!».
“Mamá, yo quiero aprender a tocar eso”, le dijo Jesús emocionado a su mamá señalando el violín. A lo que ella le respondió: “Hay un violín en la casa en Piura”. En ese momento recuerda que cuando llegaron hasta su hogar, le preguntó a su mamá por el violín y ella le señaló encima de un ropero, y desde ahí inició su historia de amor con este espectacular instrumento.
Los 17 instrumentos de Jesús
Jesús toca 17 instrumentos, gracias a su fiel ‘amigo’ el violín. Cuando le consultamos por ello, empieza a hacer sonar el piano que tiene a su costado y señala que es el segundo que aprendió. “Toco viola, violonchelo, contra bajo, guitarra, trompeta, mandolina, quena, flauta dulce, zampoña”, comenta.
“Yo empecé tocando violín, pero cuando tocaba una nota (se pone a tocar su violín botelláfono y el piano), tocaba el piano y veía si estaba bien afinado. Disimuladamente me iba aprendiendo las notas del piano, por probar que suene bien, iba aprendiendo y me aprendí las notas”, señala.
Su paso por la ‘Orquesta Sinfónica Nacional’
Jesús formó parte de ella por casi 18 años. No obstante, señala que antes de entrar, estudió dos años en Piura, luego en 1979 en Trujillo y en Lima en el 80. A donde llegó nuevamente de vacaciones, sin saber que se quedaría.
“Venía a Lima para capacitarme con profesores de violín, pero en una de esas preguntó ¿Qué se hace para entrar a la sinfónica? Nada… solamente tienes que tocar una obra, luego te hacen leer un papel y si está bien ingresas, y así fue”, comenta Jesús de su ingreso a la ‘Orquesta Sinfónica Nacional’.
En ese entonces recuerda haber llegado hasta la oficina del director de la orquesta, José Carlos Santos, quien le pidió primero tocar algo y luego leer una música. Al final le dijo, “muy bien, mañana entras a la sinfónica, así de fácil. Y allí empecé mi vida en Lima en el 80, entre a la sinfónica, estuve 18 años”.
Además en ese tiempo empezó a trabajar enseñando en el colegio Dos de Mayo y en el ‘General Prado’. Aunque después terminaría pasando al Colegio Callao, todos en el primer puerto, por ello es que se familiariza mucho con ellos.
‘Orquesta Sinfónica Regional del Callao’
Su familiarización con el primer puerto le hizo presentar un proyecto para formar la ‘Orquesta Sinfónica Regional del Callao’, al entonces señor Álex Kouri, en el 2009. Duró 10 meses y contó con músicos profesionales, quienes llegaban desde la Sinfónica Nacional a practicar en sus tiempos libres.
Sin embargo, el objetivo principal del proyecto, además de formar la orquesta, era difundir la música en zonas como Ventanilla, Pachacútec, La Punta o La Perla. Pero lamentablemente sufrieron un traspié, por el cual estuvieron cinco meses sin tocar.
Ellos no pudieron llevar su arte a los barrios del Callao, las autoridades lo impidieron hasta que al final les terminaron poniendo la soga al cuello, porque en el proyecto decían que en los diez meses tenían que haber asistido un promedio de 10 mil personas.
“Al final casi tocábamos todos los días, en parroquias, colegios, parques, incluso recuerdo mucho que había un partido de Perú, y había una pantalla gigante en la Catedral para que todo el mundo lo viera. Entonces me decían los chicos: «Jesús hay que tocar allí, una hora antes del partido y va a estar llena la plaza, eso se suma». Todo para contabilizar las 10 mil personas, fue terrible, esa es la historia de la Orquesta Sinfónica Regional del Callao”, comenta.
Y en ese momento propuso una idea que se debería desarrollar en el Congreso de la Republica. “Una gran idea sería que el Congreso obligue a que todos los municipios hagan talleres de violín o de música en general, pero que se obligue no que sea opcional”.
“Es muy lamentable y en los colegios pasa lo mismo. Casi no hay profesores de música. O sea no se le da la oportunidad al arte, lo que pasa es que la música es un modulador de la conducta del ser humano, pero no se toma en cuenta, lo ven como si fueran a perder el tiempo”, señala.
‘Los Violines de San Juan’
Se podría decir que es una organización benéfica, pero va más allá. Fue fundada en el 2012 cuando entró a trabajar en la Municipalidad de San Juan de Miraflores. Sin embargo, cuando acabó la etapa de esa gestión tuvo que salir.
“Se acabó el gobierno, pero los niños no se acaban. Y ¿Qué hacía yo con 60 niños? no les iba a decir ya se acabó todo…así que me voy con todos y menos mal me abrieron la puerta del colegio Alfonso Ugarte en Pamplona Alta”, señala Jesús.
La directora de dicha institución es María Mattos, y fue ella quien le abrió la puerta de uno de los salones en el turno tarde que estaban vacíos. Así que allí empezaron a ensayar y comenzó a caminar y tomar fuerza los ‘Violines de San Juan’.
“Comenzamos a tener presentaciones, tocamos con Fabiola de la Cuba, y toda una serie de actividades. En la Embajada de Japón, en el Club Regatas Lima, en el Parque de las Aguas, todo un récord de presentaciones”, comenta.
Se presentaron en tarimas grandes se podría decir. Por lo que él los grababa en el 2013 con un celular que a pesar de que la calidad no era buena, lo importante era el fondo. Y ya a partir del 2018 cuando crecieron, tocaron mucho mejor. Aunque ahora por pandemia han tenido que dejarlo porque ya no es lo mismo y no sienten el cariño del público.
Reencuentro con el público
El sábado 9 de octubre, a las 6 de la tarde, cerca al ‘Monumental Callao’, van a tener una presentación en la Punta, Callao. A esta asistirán 28 chicos bien uniformados y con unas mascarillas que les obsequiará el municipio.
Ese va a ser su reencuentro con el público luego de dos años, ya que su última presentación fue en septiembre del 2019, en la Universidad Cesar Vallejo. Por lo que espera que todo salga bien.
La solidaridad: Mensaje de Jesús a los chicos
La huella que él busca dejar en cada uno de ellos es la solidaridad. Debido a que como aún se encuentran en proceso de aprendizaje, muchos pueden lograr absorber ello.
Y aquí cuenta su última experiencia con una pequeña, cuando le preguntaron qué sientes al pertenecer a los ‘Violines de San Juan’. “Yo siento que cuando llegué por primera vez vi la entrega del profesor, el desinterés y él no es familia, no es familia…pero vi eso que me motivó a seguir”. Jesús señala que ese es el mensaje que quiere dejar, la solidaridad al enseñar.
Él nunca les ha cobrado a los chicos de los ‘Violines de San Juan’, por otro lado sí a sus alumnos particulares, ya que, ese es su sustento. Recuerda que hace un tiempo les regaló partituras, por lo que fue a sacar copias hasta la UNI. Se gastó 120 soles en ello, salieron como tres cajas, y tuvo que tomar un taxi, al final todo costó cerca de 150 soles.
Ese dinero, salía de cuando tocaba en matrimonios y le pagaban, se hacía la idea de que eso no era para su bolsillo como se dice sino para ayudar. “Y nunca les pedí a los chicos, ellos lo podrán decir. Les regalaba libros de villancicos”, comenta aunque señala que su esposa a veces se molestaba.
Jesús cuenta que a veces ni siquiera almorzaba porque salía de trabajar en la mañana del Colegio Callao y hacía toda una travesía para llegar hasta San Juan y ya no le daba tiempo para almorzar.
Jesús recuerda que entraba a una tienda en donde se compraba, una Pepsi y un queque. Eso era todo hasta la noche cuando llegaba a su casa. Incluso una vez se quedó dormido y se terminó por pasar de paradero.
“A veces me quedaba dormido, me fui prácticamente hasta el último paradero, porque es lejos el viaje. Pero la satisfacción es más grande de verdad, nunca lo sentí, nunca me cansé, nunca lo vi perdido”, dice esto abrazándose él mismo y sintiendo una gran satisfacción.
Contribuir con su proyecto
Jesús ha pasado una semana ajetreada llena de entrevistas, las que tienen como fin, buscar y poder encontrar a una empresa o personas solidarias que busquen apoyar a contribuir en los violines reciclados, para regalarlos a los niños de los conos que son los más vulnerables. Para que de esa manera se pueden hacer más grupos y talleres en zonas como: Comas, Carabayllo o Ancón, todo totalmente gratuito y siempre con el nombre de los ‘Violines de San Juan’.
Además, señala que está pensando en hacer actividades presenciales, a partir del otro año en enero y para ello necesita tener más apoyo, ya que, siempre ha sido él quien ha corrido con los gastos. Esto último porque a veces los chicos le pedían que les prestara para el pasaje u otras cosas y él nunca se los ha negado.
Por último, menciona que invita aquellas personas que cuentan con algunos instrumentos y ya no los usen para que los puedan donar a los ‘Violines de San Juan’. “Hay unos tres niñitos que son muy talentosos de San Juan de Miraflores y a uno se le acaba de malograr su piano, entonces ya no tienen como tocar, por lo que invito a la solidaridad de alguien”, comenta.
Asimismo agradece a la empresa de aire acondicionado ‘Huesos’ que está ubicada en la avenida Argentina y quienes le han regalado 10 violines, 20 atriles, dos violonchelos, dos violas. A ello también se le suma la cónsul de Colombia quien le regaló un piano.
“Todo es para hacer talleres, para llevar el arte a todas partes, así que invito su apoyo, su colaboración”, menciona él ahora docente y músico, Jesús Peralta, en busca de encontrar personas solidarias que quieran llevar el arte a todas partes del Perú.
Apoyo a Jesús Peralta Chunga
Sí es que deseas apoyar al profesor y violinista en su proyecto, puedes comunicarte a su número de celular, 999 976 895.