La famosa Beautyblender es muy poco conocida por su nombre, sin embargo, esta esponja de maquillaje cambió el mercado de las herramientas para aplicar base. La esponja con forma de huevo lo puedes encontrar en todos los colores y están reemplazando a las antiguas primas hermanas de látex.
Desde las versiones, baratas, caras, pequeñas e incluso con formas de animal, hay una historia del éxito de la primera esponja creada por Rea Ann Silva. Esta make up artist angelina, había estudiado moda y probó suerte como maquilladora.
La idea nació cuando trabajó en el rodaje de la serie Girlfriends con el fin de que las protagonistas se vean natural con el maquillaje. Desde ahí, Beautyblender se encarga de pulir las formas geométricas de las esponjas hasta crear un contorno más ergonómico capaz de adaptarse a las diversas formas del rostro.
Fue creada en el 2003 pero su uso se hizo viral dos décadas más tarde. Más de dos millones de mujeres llevan consigo esta herramienta de opción sencilla para maquillarse sin tener marcas o cortes en el rostro. En 2019 sus ventas alcanzaron los 175 millones de dólares al venderse una unidad cada cuarto de hora.
Ventajas de usar el Beautyblender
- Se difuminan e integran bien a la piel. Principalmente los líquitos y cremosos.
- Crea un acabado pulido, uniforme y natural.
- No se desperdicia el producto, ya que al humedecerse previamente absorbe menos cantidad.
- Permite maquillar zonas amplias como la frente, mejillas o escote.
- Si lo cuidamos y lo mantenemos higienizado, se puede reutilizar.
Cómo darle un mejor uso
Su diseño atractivo, permite que sea más funcional la herramienta y evita que tengas que comprarte diferentes brochas o pinceles. La superficie más grande de la esponja se usa para maquillar las zonas más amplias del rostro. Mientras que la punta y los lados más estrechos son más precisos en las zonas aletadas de la nariz o el contorno de los ojos.
Otra forma correcta es limpiarla y desinfectarla tras su uso. Luego se la deja secar por completo para evitar cualquier tipo de bacterias. Por eso, es recomendable cambiarla después de entre tres y seis meses, mientras que las brochas y pinceles puedes durar más años.