La alergia es una reacción de hipersensibilidad del sistema inmunológico, a través de anticuerpos específicos, ante sustancias del entorno que normalmente deberían ser toleradas. Los tipos de alergia más habituales son las alimentarias y las ambientales, esta última denominada también dermatitis atópica.
Los perros también pueden desarrollar alergias por contacto, y en algunos casos, no puede determinarse con exactitud a qué es alérgico el animal, pero es necesario hacerle un diagnóstico.
Tratamiento de la alergia canina
El tratamiento de un perro alérgico siempre se ajusta individualmente, en función de los síntomas de este, el grado de picazón y las molestias junto con las posibilidades del propietario del animal.
Por un lado, el tratamiento procurará evitar aquello que el perro no tolera (alimentos o algo de su entorno que pueda modificarse); y, por otro lado, se administrarán pastillas o cápsulas de cortisona, ciclosporina u otros fármacos para ayudar a controlar la sensación de irritación y picazón.
Muchos perros son tratados también con vacunas para la alergia (inmunoterapia), es decir, se produce una vacuna con las sustancias que el perro no tolera, la cual es administrada en forma de inyección o atomizador oral. Muchos perros responden bien a este tipo de tratamiento, que conlleva pocos efectos secundarios. Con la vacuna antialérgica se pretende reducir la administración de otros fármacos.