La duquesa de Sussex, Meghan Markle, asistió al TIME100 Summit en Nueva York luciendo un conjunto que no pasó desapercibido por su parecido con uno que vistió la princesa Diana en 1997. Su elección de prendas, discretas pero elegantes, encajó perfectamente en la estética del ‘lujo silencioso’ que predomina entre figuras públicas y miembros de la realeza.
Un guiño directo a Lady Di
En distintas ocasiones, Meghan ha dejado ver su admiración por la moda de Diana, y en esta aparición lo reafirmó. Para el evento, donde conversó con la CEO de Time, Jessica Sibley, la duquesa declaró sentirse en una gran etapa: “Es lo más feliz que ha sido”, dijo. Las imágenes del evento rápidamente evocaron una figura del pasado: Lady Di.

Markle optó por un conjunto beige de la colección 2025 de Ralph Lauren, compuesto por blazer, pantalón estilo lino y camisa blanca. Llegó al evento acompañada del príncipe Harry, y su atuendo, sencillo y sobrio, captó la atención por su similitud con uno que usó Diana en una de sus últimas apariciones públicas junto a su hijo, el príncipe William.
Un recuerdo de 1997
La imagen referencial de Diana data de 1997, cuando fue fotografiada saliendo de un almuerzo con William en el restaurante La Famiglia en Chelsea, Londres. En esa ocasión, la princesa lucía un conjunto beige con top blanco y cinturón oscuro. Aunque con diferencias sutiles, la inspiración en el atuendo fue evidente.

El homenaje no solo se quedó en la ropa. Meghan completó el look con un reloj Cartier que perteneció a Diana y un brazalete de diamantes heredado de la princesa. Este tipo de gestos ha sido una constante en los estilismos públicos de la duquesa, quien mantiene viva la memoria de Lady Di a través de estos detalles.
Estilo con mensaje
El llamado ‘quiet luxury’ ha cobrado fuerza entre líderes de opinión y figuras reales. Este estilo se caracteriza por prendas de calidad y diseño sobrio, sin marcas visibles ni excesos. Meghan, al adoptar esta estética, reafirma su lugar como figura de influencia y continuidad dentro del universo simbólico de la realeza británica. En este caso, el eco de Diana resuena no solo en la elección de prendas, sino también en la intención: proyectar elegancia, sobriedad y legado en un solo gesto.