El agua con gas es simplemente una mezcla de agua (H2O) con el componente que la hace burbujeante el dióxido de carbono (CO2), también conocido como ácido carbónico. Al mezclarla y abrirse la botella este gas trata de escapar, lo que ocasiona que salgan burbujitas.
Sin embargo, hay cientos de mitos que giran alrededor de esta bebida, que es la favorita de muchos. En esta nota te contamos algunos de ellos y si son ciertos o no.
1. Daña el esmalte de los dientes
Algunas personas afirman que el agua con gas daña el esmalte de los dientes, pero esto no es cierto; ya que sus componentes no son lo suficientemente fuertes para degastar el esmalte. Incluso, los dentistas aseguran que su consumo no afecta de ninguna forma la salud dental.
2. El agua con gas engorda
En un estudio científico realizado por la Universidad de Birzeit en Ramallah llegó a la conclusión de que las personas que consumen agua con gas ganan peso con más facilidad que las personas que no. Esto debido a que el CO2 ocasiona el aumento de los niveles de la hormona grelina, que se encarga de incrementar el apetito.
Sin embargo, este este estudio solo se realizó en 16 ratas y en 20 estudiantes de la universidad, por lo que no se puede afirmar que esta bebida ocasiona subir de peso.
3. Genera acidez estomacal
Las bebidas carbonatadas en general al mezclarse con los ácidos estomacales, puede causar una irritación en el estómago y el esófago. Es por eso que no se recomiendan a personas con estómago muy sensible o que sufren de reflujo, ya que esta reacción puede aumentar.
4. Acidifica el organismo y lo predispone a contraer enfermedades
Esta bebida tiene un pH de 5.5, un poco menor al agua normal, que tiene 7. Esto ocasiona que se acidifique ligeramente el organismo, pero no supone un peligro si es consumida ocasionalmente. Si tienes diagnosticado un problema de salud relativo al pH bajo, los doctores sí desaconsejan su consumo.