Hoy en día se escucha mucho que todos deben ser personas resilientes, pero algunos no saben el significado e importancia de esta virtud. A veces en la vida se presentan situaciones muy fuertes que pueden ser capaces de llevarte al límite emocional, es ahí donde debes tener la fortalece de poder sobrellevarlo.
El neurólogo, psiquiatra y psicoanalista, Boris Cyrulnik fue quien difundió el concepto de resiliencia. Se define como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecido de ellas.
Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles que traen enseñanzas porque son conscientes que después de los duros momentos llega la calma, pero cada sujeto lo desarrolla a su propio ritmo dependiendo a los retos de la vida diaria a los que se enfrente.
¿Cuáles son los hábitos de una persona resiliente?
Son conscientes de sus fortalezas y debilidades: El ser consciente de tus potencialidades y limitaciones te permita tener saber a detalle de que eres capaz de hacer y de que no. Las fortalezas permiten potenciar aquello en lo que eres bueno, así puedes mejorar tus debilidades.
Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender: Las situaciones difíciles que se presentan en la vida permiten enfrentar miedos, resolver problemas y tomar decisiones. Por lo tanto, te vuelves un sujeto con más seguridad en sí mismo. Además, te enseña a que no todo depende de ti como ser humano, hay situaciones que escapan de las manos y tienes que aceptarlo.
Practican el mindfulness o conciencia plena: Es una técnica muy antigua que se adoptó de tradiciones budistas, relacionada con la espiritualidad. Este método busca que la persona se centre en el “aquí y ahora”, sin intentar cambiar o juzgar. Trabaja en concentrarte en lo que sucede contigo, sabiendo renunciar a las distracciones.
Diversas investigaciones científicas aseguran que esto contribuye a la salud mental y física, porque es positivo para el autocontrol, el desarrollo de la resiliencia, lo cual ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad.
No intentan controlar las situaciones, sino sus emociones: Para ser una persona resiliente debes aprender que es imposible tener un control total de los sucesos de la vida, ya que algo siempre se dará de forma diferentes. En esos momentos es vital tener un buen manejo de las emociones para saber lidiar con la incertidumbre que genera el sentir que algo “se escapa” de tus manos y no poder cambiar la realidad.