La osteoporosis es una enfermedad esquelética, en la que se produce una reducción de la densidad de la masa ósea. Inclusive, se puede llegar a tener fracturas en los huesos de forma automática, es decir, sin antes haber recibido un choque o impacto.
Almudena Román, directora general de ING (España), comenta que «algunas de las principales causas vinculadas a la osteoporosis no pueden modificarse, como la edad, que está asociada a una inevitable pérdida de la calidad del hueso, o el género, ya que esta enfermedad es más frecuente en mujeres por un motivo hormonal, especialmente a partir de la menopausia, que provoca una pérdida de hueso acelerada».
El 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una fecha en la que se busca crear conciencia sobre esta enfermedad para prevenirla a tiempo con una dieta equilibrada.
Prevención de la osteoporosis
Para combatir este mal, el Servicio de Reumatología del Hospital Universitario General de Villalba (Madrid, España), recomienda llevar una vida sana. Esto implica una alimentación saludable, realizar ejercicios y evitar tóxicos como el tabaco o alcohol.
En cuanto a la alimentación, lo recomendable es la ingesta de calcio. Se sabe que la leche y sus derivados son una gran fuente de calcio; pero no los únicos. Verduras (espinaca, brócoli), pescado o frutos secos (almendras, nueces), son algunos de ellos.
Por otro lado, la actividad física no necesariamente debe ser intensiva, ni tampoco debe implicar ir al gimnasio. Puesto que, uno de los ejercicios más beneficiadores para la regeneración de los huesos, es dar una caminata diaria de aproximadamente, 20 minutos.
Diagnóstico
La osteoporosis tiene la particularidad de ser indolora y asintomática, por lo que suele ser diagnosticada tarde. Por ende, ante una caída con fractura, se recomienda hacer un estudio completo del o los huesos afectados.
Para reconocer esta enfermedad, los médicos utilizan tres pruebas simples. La primera, la analítica, para conocer los valores del calcio, fósforo, hormonas y magnesio que señalen el estado del hueso. Después, la densitometría, para medir la porción de hueso del paciente. Por último, la radiología, para reconocer fracturas que pueden pasar de largo, especialmente en la espalda.
Tratamiento
La doctora Román expone que »la Reumatología ha avanzado mucho en los últimos años. Con los nuevos tratamientos, podemos frenar la pérdida de masa ósea, incluso ganarla, pero requiere un seguimiento periódico y mantenido en el tiempo».
Con relación al tratamiento farmacéutico de este padecimiento, agrega que: »Disponemos de fármacos que se encargan de detener la destrucción del hueso y otros que se ocupan de su formación. Dependiendo del perfil del paciente y del tipo de fractura, podemos combinar unos y otros de una manera segura y eficaz para tener un hueso de mejor calidad y disminuir así la aparición de nuevas fracturas» finaliza Román.