Eructar con frecuencia, sentir pesadez e hinchazón en el estómago después de comer, son las consecuencia de tener una mala digestión. En el peor de los casos, las personas tienden a sentir náuseas y ardor estomacal.
Una mala digestión se debe a diversos factores como la acción de comer muy rápido, no masticar bien los alimentos o tomar bebidas gaseosas. A pesar de ser una dolencia benigna, no necesitarás nada más que el cambio de algunos hábitos.
1. Come despacio
En primer lugar, debes tratar de comer despacio, en una posición cómoda, sin hablar demasiado y solo bebiendo el líquido necesario. Dentro de la misma línea, los alimentos deben ser bien masticados, pues así le ahorrarás un esfuerzo a tu cuerpo en digerirlos.
2. Evita ciertos alimentos
Los consejos también tienen un hincapié en la nutrición. Los alimentos a evitar deben ser los picantes y los que tienen la tendencia a hinchar el estómago, como el arroz, el repollo, los rábanos, las cebollas, las habas, las acelgas e, incluso, las sopas.
No fumar, evitar tomar café y alcohol durante las comidas contribuirá a disminuir las molestias típicas de una mala digestión. Una vez terminada la comida, tampoco deberás comer caramelos o masticar chicles, ya que además de perjudicar los dientes, también provocan gases.
¿Cuándo se debe acudir al médico?
Si las digestiones pesadas son frecuentes, será importante asistir con un médico, quien verá si es necesario aplicar otro tipo de pruebas o procedimientos. Al hospital también deben acudir las personas mayores de 55 años que padecen de dichas molestias.
Asimismo, será recomendable visitar a un profesional si en caso se presentan otros síntomas como pérdida de peso, vómitos, dolor de estómago intenso, náuseas, dolor al pasar los alimentos, bultos sospechosos en la zona abdominal e, incluso, heces negras.