Este 11 de abril, Día Mundial de Concientización sobre el Parkinson, especialistas destacan la importancia de detectar la enfermedad desde sus primeras manifestaciones. Aunque aún no existe cura, un reciente estudio señala que dispositivos como el Apple Watch y el iPhone podrían ayudar a monitorear síntomas sutiles en etapas tempranas de la enfermedad.
Tecnología al servicio de la neurología
La investigación, realizada por la Universidad de Rochester, formó parte del proyecto WATCH-PD. Participaron 82 personas con Parkinson no tratado y 50 controles sanos. Se utilizaron sensores Opal, Apple Watch (series 4 o 5) e iPhone (modelos 10 u 11) con la app BrainBaseline, diseñada para medir funciones cognitivas, del habla y psicomotoras.
Jamie Adams, neuróloga y autora principal, explicó que eligieron estos dispositivos por su fácil acceso. “Esto los hace escalables y atractivos para un uso amplio”, afirmó. Detalló que permiten recopilar mediciones activas, como el golpeteo con los dedos, y pasivas, como pasos diarios o tiempo con temblores.

Resultados tras un año de monitoreo continuo
Durante un año, los investigadores siguieron la evolución de los síntomas. Detectaron aumentos en los temblores, disminución del balanceo de brazos, cambios leves en el habla y deterioro en el caminar. “Los dispositivos detectaron cambios en gait y temblor de forma objetiva”, indicó Adams, destacando su potencial para monitorear terapias en desarrollo.
“Los métodos tradicionales son episódicos y subjetivos”, agregó. “Las mediciones digitales, junto con la inteligencia artificial, pueden captar cambios sutiles y evaluar la eficacia de futuros tratamientos”. Insistió en que es en las primeras fases donde más podrían intervenir los fármacos modificadores de la enfermedad.
Nuevas fases de investigación y más colaboración
La fase remota del estudio, apoyada por la Fundación Michael J. Fox, está en marcha. Analiza datos por tres años para detectar señales digitales relacionadas con el inicio de medicamentos, e identificar las métricas más relevantes para pacientes. “Todavía falta perfeccionar y validar algoritmos”, señaló Adams.
Hooman Azmi, neurocirujano, subrayó que estos dispositivos permiten seguimiento continuo. “Ayudan a los neurólogos a ajustar tratamientos con más información que la obtenida en consultorios”, afirmó. Remarcó que el diagnóstico actual se realiza cuando ya hay años de daño cerebral. “Detectar el Parkinson antes será clave cuando existan terapias para frenarlo o revertirlo”, concluyó.