El Papa León XIV, nuestro primer pontífice de raíces peruanas, hará historia, pues el 19 de octubre bendecirá al Señor de los Milagros directamente en la Plaza de San Pedro. Este día marca un nuevo y glorioso capítulo para la devoción al Cristo Moreno, llevándola al Vaticano.
La Hermandad del Señor de los Milagros de Roma lidera la organización de la procesión. El esfuerzo cuenta con el respaldo fundamental de la diplomacia peruana: la Embajada del Perú ante la Santa Sede, la Embajada del Perú en Italia y el Consulado General del Perú en Roma han coordinado todos los detalles logísticos y ceremoniales para este gran evento.
La fe morada recorre Roma
La histórica procesión del Cristo Moreno abarcará tres kilómetros por las principales calles de Roma. La organización movilizará a más de 700 devotos, incluyendo cargadores, sahumadoras y cantoras. Además, centenares de fieles llegarán desde diversos países de Europa y América para unirse y acompañar la venerada imagen.
Siguiendo la disposición del Santo Padre, la imagen del Señor de los Milagros accederá a la Plaza de San Pedro la mañana del domingo 19. En el espacio sagrado, el Papa León XIV encabezará una Misa de Canonización y luego impartirá su bendición apostólica durante el rezo del Ángelus dominical.
Países que rinden homenaje al Cristo Moreno
La manifestación de fe será un encuentro de la comunidad global. Asistirán delegaciones de hermandades y comunidades peruanas de Alemania, Austria, Bélgica, Chile, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Suecia y Suiza. Todos se unirán en un solo homenaje al Cristo de Pachacamilla, como un símbolo de esperanza y unidad entre las regiones.
La jornada histórica en Roma incluirá cánticos, oraciones y actos litúrgicos, reafirmando la expansión mundial de esta multitudinaria devoción. Mientras el mundo católico mira al Vaticano, en Lima la imagen del Señor de los Milagros mantiene sus tradicionales recorridos procesionales de octubre. Miles de devotos vestidos con el hábito morado continúan congregándose, manteniendo viva la fe en su lugar de origen.
El Papa León XIV, nuestro primer pontífice de raíces peruanas, hará historia, pues el 19 de octubre bendecirá al Señor de los Milagros directamente en la Plaza de San Pedro. Este día marca un nuevo y glorioso capítulo para la devoción al Cristo Moreno, llevándola al Vaticano.
La Hermandad del Señor de los Milagros de Roma lidera la organización de la procesión. El esfuerzo cuenta con el respaldo fundamental de la diplomacia peruana: la Embajada del Perú ante la Santa Sede, la Embajada del Perú en Italia y el Consulado General del Perú en Roma han coordinado todos los detalles logísticos y ceremoniales para este gran evento.
La fe morada recorre Roma
La histórica procesión del Cristo Moreno abarcará tres kilómetros por las principales calles de Roma. La organización movilizará a más de 700 devotos, incluyendo cargadores, sahumadoras y cantoras. Además, centenares de fieles llegarán desde diversos países de Europa y América para unirse y acompañar la venerada imagen.
Siguiendo la disposición del Santo Padre, la imagen del Señor de los Milagros accederá a la Plaza de San Pedro la mañana del domingo 19. En el espacio sagrado, el Papa León XIV encabezará una Misa de Canonización y luego impartirá su bendición apostólica durante el rezo del Ángelus dominical.
Países que rinden homenaje al Cristo Moreno
La manifestación de fe será un encuentro de la comunidad global. Asistirán delegaciones de hermandades y comunidades peruanas de Alemania, Austria, Bélgica, Chile, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Suecia y Suiza. Todos se unirán en un solo homenaje al Cristo de Pachacamilla, como un símbolo de esperanza y unidad entre las regiones.
La jornada histórica en Roma incluirá cánticos, oraciones y actos litúrgicos, reafirmando la expansión mundial de esta multitudinaria devoción. Mientras el mundo católico mira al Vaticano, en Lima la imagen del Señor de los Milagros mantiene sus tradicionales recorridos procesionales de octubre. Miles de devotos vestidos con el hábito morado continúan congregándose, manteniendo viva la fe en su lugar de origen.