Ed Harvest presenta ‘Cosecha’, un álbum que combina la potencia del rock con la bomba, la plena y otros sonidos tradicionales del Caribe. La producción marca su debut discográfico y lo trae de regreso a Lima, donde trabaja con un equipo audiovisual local en la grabación de tres nuevos videoclips. El artista busca proyectar una identidad propia del rock boricua, con colaboraciones clave y una estética sonora que rinde tributo a sus raíces.
Magacín 24.7 conversó con el músico puertorriqueño, quien compartió detalles sobre el proceso detrás del disco, el valor narrativo de cada tema y su apuesta por conectar culturas a través de la música. En la entrevista, reflexiona sobre el poder de lo autobiográfico, la importancia de construir comunidad desde el arte y su convicción de que cada canción puede ser una historia completa.
¿Qué significa para ti lanzar tu primer disco, ‘Cosecha’, en esta etapa de tu carrera?
Sí, es muy importante. El primer álbum que iba a lanzar originalmente iba a llamarse ‘Harvest’, pero como cambié el lenguaje al español, quise ponerle ‘Cosecha’, que es una representación directa de mi identidad musical. Fue el inicio de todo lo que ahora representa Ed Harvest.
En un panorama musical dominado por reguetón y salsa, ¿qué significa para ti ser la nueva voz del rock puertorriqueño?
Me siento muy orgulloso de formar parte de este movimiento. En el rock siento que hay más espacio para mantener la integridad musical. Trato de ser lo más íntegro posible, mezclando reguetón con rock, salsa con rock. El reguetón hoy en día puede ser un poco simple, y lo que busco es hacer una música diferente, con más profundidad, que aporte algo nuevo desde Puerto Rico.
‘Cosecha’ no solo es tu álbum debut, también es una declaración de identidad. ¿Cuál fue el mayor reto al fusionar bomba, plena y rock?
Realmente no sentí que fuera un reto. Fue algo que me salió de manera natural, especialmente después de unas navidades en Puerto Rico donde me fluyeron muchas canciones. Lo más difícil fue organizar las canciones para que cuenten una historia. Por eso el disco tiene un prólogo y un epílogo, porque está diseñado para escucharse como una experiencia completa.
¿Es difícil hacer rock en Puerto Rico?
Claro, es difícil. Mucha gente se enfoca en el reguetón y la salsa. Pero mi meta era ganarme a la nueva generación y también a la generación con la que crecí. El público general aún es difícil de conquistar con rock, pero igual lo hago porque me apasiona tocar y crear, aunque tiene sus desafíos.
Has dicho que “el rock también es Caribe”. ¿Cómo nace esa idea?
Porque el rock es del mundo entero. En Puerto Rico tenemos una riqueza musical enorme, y la clave está en mezclar nuestros elementos folclóricos con el lenguaje del rock. Eso lo convierte en un rock caribeño, con identidad propia.
Estás en Lima para grabar tres videoclips. ¿Qué nos puedes contar sobre eso?
Ya terminé el álbum y ahora estoy buscando su representación audiovisual. He estado grabando aquí en Perú durante tres días sin parar. Grabé ‘Tus Ojos Verdes’, que es mi favorita del disco, ‘Furia’, que también me encanta, y ‘Libre Acting’, que va a tener un video muy divertido. Siempre vengo a Perú o recibo a peruanos en Puerto Rico, porque estamos constantemente compartiendo cultura.
¿Cómo describirías tu vínculo con Perú y con el equipo creativo peruano?
Es un vínculo muy creativo y emocional. He estado en eventos donde llego sin avisar, traigo mi saxofón, y la gente me recibe con entusiasmo. En Puerto Rico, a veces todo está más saturado. Aquí, en cambio, siento una verdadera conexión y una energía de familia. Siempre terminamos los proyectos bien, con buena vibra. Me encanta.
‘Tus Ojos Verdes’ es una de las canciones más intensas del disco. ¿Hay una historia personal detrás?
Sí. En ese momento estaba saliendo con una chica que tenía ojos verdes, y de ahí nace la canción. Pero también creo que la escribí sobre mí, porque yo tengo los ojos verdes. A veces me dicen que parezco distante, y eso genera confusión. La canción refleja esa dualidad. Colaboraron Aurelio Adasme, mi mejor amigo, y Nabeel, el guitarrista, que es como un hermano. Estoy muy orgulloso de haberla escrito.
En general, ¿qué tan personales son tus canciones?
Muy personales. Aunque trato de que no sean demasiado intensas, para que otros puedan identificarse. Por ejemplo, ‘Tendencia Obsesiva’ es sobre una chica que vivía cerca de mi casa en California. ‘Furia’ trata sobre esa sensación molesta que no sabes de dónde viene ni cómo sacártela. ‘Brujita de Bayamón’ nació al ver a la novia de un amigo, y pensé: “esto parece una brujita de Bayamón”. Algunas canciones son profundas, otras más superficiales o graciosas. Pero todas tienen algo que ver conmigo.
¿Cada canción cuenta una historia?
Sí, ese era el punto del álbum: contar una historia con cada canción. El disco tiene un principio y un final, y si lo escuchas de nuevo, puedes encontrar nuevas lecturas y significados.
Dominas varios instrumentos. ¿Cómo aplicas eso en tu música?
Es que soy yo quien lo hace todo desde el inicio. Es la mayor expresión de mi creatividad. En el estudio invito a músicos profesionales para que interpreten ciertas partes, pero para mí es clave tener control creativo. Me gusta tener las manos en los controles y en la ejecución.
En ‘Cosecha’ colaboras con artistas emblemáticos como Ramón Ortiz y William Cepeda. ¿Qué aprendiste de trabajar con ellos?
Aunque los admiro mucho, cuando estamos en el estudio todos somos iguales. Eso me llena de humildad. Con William Cepeda, por ejemplo, me dio una clase sobre la bomba, que es un ritmo afro-puertorriqueño. Me explicó su origen y juntos incorporamos las tres variantes principales. Fue una experiencia enriquecedora. Con Ramón también aprendí mucho. Siempre estoy buscando sonidos nuevos y aprendiendo de los grandes.
¿Qué mensaje te gustaría dejarle al público peruano?
Espero que, si es la primera vez que me escuchan, disfruten de la música y conecten con ella. Si quieren una introducción rápida, escuchen ‘Tus Ojos Verdes’. Y mañana estaré tocando junto a Olaya Sound System en La Casa Roja, así que están todos invitados a darse una vuelta.