Kris Oria conquista fronteras y ahora empodera a mujeres en el mundo de la belleza

Magacín 24.7 habló con la empresaria peruana que se ha vuelto un referente de la belleza, y actualmente imparte talleres especializados.

De Comas a un imperio de belleza en Estados Unidos. (Foto: difusión).

Dejó su natal Comas hace más de veinte años para buscar un futuro en Estados Unidos. Hoy, Kris Oria regresa como una empresaria exitosa con una misión clara: empoderar a mujeres peruanas a través del arte de las cejas y pestañas, compartiendo las técnicas más vanguardistas que aprendió a base de sacrificio y perseverancia.

Magacín 24.7 conversó con la empresaria peruana, quien compartió los detalles detrás del proceso que la llevó a construir un imperio de la belleza en EE. UU. Durante la entrevista, Oria reflexiona sobre el valor de lo autobiográfico en su camino al éxito, la importancia de construir una comunidad de apoyo entre mujeres a través de su arte y su convicción de que cada curso que imparte puede ser una historia de transformación completa.

Dejaste Perú a los 18 años para buscar nuevas oportunidades. ¿Cómo fue ese inicio?

Yo me fui cuando tenía 18 años, ya más de veinte, casi veinticinco. Aquí solo estudiaba en el colegio. Mi mamá era una mujer soltera con cuatro hijos y no había oportunidad para nosotros, para ir a la universidad. Un día decidí que era hora de hacer algo y tuve que salir.

¿Y cómo fue el proceso de llegar a Estados Unidos?

Tuve que pasar la frontera, el Río Grande. Fue muy difícil. Es tierra de nadie, no sabes si vas a llegar a buenas manos, si son buenos coyotes o traficantes humanos. Es una tierra donde no sabes si vas a llegar vivo.

Una vez en Estados Unidos, ¿cuál fue el mayor desafío?

La situación migratoria, el idioma, que es una barrera tan grande. Yo no sabía hablar nada de inglés. Al principio me pusieron a trabajar en un lugar de comida rápida. Luego lavé platos en muchos restaurantes. Cuando aprendí a hablar un poco más de inglés, empecé a trabajar de mesera y bartender.

De mesera a empresaria

¿Cómo te involucraste en el mundo de la belleza?

Un día estaba muy cansada de trabajar doce o catorce horas y le pedí a Dios qué hacía. Me puse a buscar en internet: “Qué profesión puede ganar mucho dinero sin ir a la universidad”. Me salió el link de las pestañas.

¿Y qué pasó después de eso?

Fui a un instituto a estudiar, pero las clases solo eran en inglés. Yo ya tenía un tiempo en Estados Unidos, así que me decidí a estudiar. Pude darme cuenta que se ganaba buena plata con una inversión mínima. Empecé y nadie creía en mí, nadie puso un sol en mis conocimientos y capacidad. Pero esa fue la mejor decisión de mi vida.

La misión por ayudar a las mujeres peruanas

Ahora vienes a Perú a dar clases. ¿Qué te motiva a regresar?

Honestamente, quiero ayudar a las chicas. Me siento reflejada en ellas. Yo pienso que si yo puedo, ellas también pueden. Tuve suerte porque tenía la ayuda de mi pareja, pero hay muchas que no. Por eso quiero ser esa plataforma para ayudarlas a ser más independientes. Obviamente se gana, pero he visto la necesidad de muchas chicas que quieren y no pueden por muchas razones.

¿Qué ofreces de diferente en tus cursos?

Acá en Lima he visto que toma mucho tiempo aprender algo. Por ejemplo, para pestañas es un mes, pero tres horas cada día. Yo tengo una técnica para enseñarles todo en un día corrido, diez horas, con 20 % de teoría y 80 % de práctica. Conmigo, en dos días, ellas van a salir listas para trabajar. Traigo las mejores técnicas y los mejores materiales, con lo más de vanguardia.

De los salones a los Latin Grammys

¿Cuántos salones de belleza tienes en Estados Unidos?

Tengo varios salones: en Maryland, Filadelfia, Virginia, Orlando y Tampa. Hacemos servicios de cejas y pestañas, y también hago maquillaje. Incluso he trabajado con artistas que vienen a los Latin Grammys en Las Vegas.

¿A qué atribuyes tu éxito?

A mi esfuerzo y mi sacrificio. He ahorrado bastante. Yo trabajo veinticuatro siete, no tengo día libre, pero me encanta. Es mi bebé. Pienso que los sueños se cumplen, pero hay que trabajar duro para eso. Además, sigo siendo una estudiante; nunca dejo de aprender, de tomar cursos y clases para estar siempre actualizada.

Y después de los talleres, ¿tienes planes de quedarte en Perú?

Por ahora me voy a ir el domingo, pero regreso para los talleres. Y sí, voy a ver, poco a poco, la posibilidad de abrir un local aquí en Lima, en el centro.