Cinco recomendaciones para utilizar la mascarilla durante el verano sin sufrir por el calor

La pandemia de la COVID-19 aún no acaba, por lo que debemos seguir protegiéndonos. Es por ello que las autoridades de diversos países siguen exhortando a los ciudadanos a utilizar la mascarilla. Ahora sabemos lo incómodas que pueden resultar las mascarillas en invierno, pero ¿en verano no será peor?

Durante la temporada de calor las incomodidades del uso de cubrebocas aumentan significativamente, pues provocan sudoración y, en algunos casos, llegan a sofocar.

«Cuando los médicos usamos mascarillas durante mucho tiempo —por ejemplo, durante una operación o procedimiento—, notarás que mantenemos las salas a una temperatura que los pacientes llaman ‘incómodamente fría’«, dice Gregory Poland, médico e investigador de vacunas de Mayo Clinic.

«Hay una razón para ello«, comenta Poland. Pese a ello, hay modos de utilizar la mascarilla y no sufrir demasiado por el calor. Conoce acá cinco recomendaciones para utilizar el tapabocas sin morir en el intento durante el verano.

1. Elige la tela adecuada

Elige una tela que sea cómoda, ligera y, sobre todo, que te proteja. Según nuevas investigaciones realizadas por Taher Saif, un profesor de ciencias mecánicas e ingeniería de la Universidad de Illinois, el punto óptimo es una mascarilla de dos capas fabricada de una camiseta de algodón, que es lo que más se asemeja a la eficacia de una mascarilla quirúrgica en detener gotitas potencialmente infecciosas provenientes de la tos y los estornudos y, además, es el doble de respirable.

2. Mantenla seca

El algodón, si bien atrapa menos aire y es más ligero que los materiales sintéticos de las mascarillas quirúrgicas, puede ser menos eficaz en filtrar partículas respiratorias si se humedece, además que puede llegar a ser más incomodo y abrasivo.

Puedes probar con otras telas disponibles en internet como el bambú o la fibra de cáñamo. Aunque, por supuesto, son más caras que el algodón.

3. Evita salir en las horas de más calor

Sal en las horas menos calurosas del día y trata de estar siempre bajo una sombra. Si puedes, pasa por tu casa entre un mandado y otro para quitarte la mascarilla y respirar un poco. Otra técnica que puedes usar es llevar contigo un abanico para refrescarte.

4. Olvídate del maquillaje

El calor provoca sudoración y la sudoración mezclada con el maquillaje genera una textura grasosa que hace insoportable el uso de la mascarilla. Además, esto tapa los poros, lo que derivaría en acné. Si vas a salir, utiliza la mascarilla con el rostro completamente limpio.

5. Lleva un repuesto

Si no puedes impedir que la mascarilla se ensucie, se moje o se ponga grasosa, lleva una más para que puedas cambiarla. En días especialmente calurosos, lleva varias mascarillas. Y recuerda desinfectarte las manos frecuentemente.