Ya sea por estar pendiente de otra actividad, por el despiste de dejar la cocina prendida o porque se te fue el tiempo al freír un alimento, la sartén tiende a llevarse siempre la peor parte y, consecuentemente, acaba quemada.
Es ahí donde surgen dos tipos de personas: los que creen que ya no sirve y terminan por desecharla, y los que buscan darle una segunda oportunidad a base de prácticas restaurativas. En base a lo segundo, te explicamos cómo puedes hacerlo.
1. Bicarbonato y limón
Coloca dos cucharadas de bicarbonato de sodio sobre el área de la sartén, luego, restriégala con un pedazo de medio limón. Este procedimiento deberás hacerlo por unos cinco minutos.
2. Detergente
Con agua tibia, llena la sartén hasta que cubra todas las partes quemadas, echa unas cuantas gotas de detergente para platos. Coloca la sartén a hervir entre 10 a 15 minutos, retírala del fuego y déjala enfriar por 20 minutos. Después, friega con una esponja para eliminar la capa quemada.
3. Sal gruesa y papel aluminio
Inicia colocando una cucharada de sal en toda el área de la sartén, realiza una especie de bola con el papel aluminio y empieza a frotar las partes afectadas. Para terminar, enjuaga y seca la sartén con un lavavajillas convencional.
4. Vinagre con bicarbonato
Aquellos componentes son los más utilizados para el aseo de la cocina. En esta ocasión, serán empleado para recuperar una sartén quemada. En un recipiente, combina una taza de vinagre blanco, una taza de agua y dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
Prosigue a vaciar la mezcla sobre la sartén, añádele agua y colócala a hervir. Esto producirá un efecto químico conocido como ‘efervescencia’, que hará que la suciedad se desvanezca.