¿Cómo mantener un cuerpo saludable con un trabajo de oficina?: 6 consejos para lograrlo

¿Quieres estar sano, pero tienes un trabajo sedentario? Aprende aquí cómo lograr un cuerpo saludable aún si trabajas en una oficina.

Cuerpo saludable con trabajo sedentario

En la actualidad, muchos de nosotros pasamos gran parte del día encorvados sobre una computadora, rodeados de tareas y plazos. Este estilo de trabajo de oficina puede tener un impacto negativo en nuestra salud, provocando problemas como dolor crónico y mala postura. Mantener un cuerpo saludable se vuelve complicado en este contexto.

A pesar de establecer objetivos de acondicionamiento físico, ir al gimnasio después del trabajo puede ser un desafío debido al cansancio y las responsabilidades laborales. Sin embargo, con algunos ajustes simples en tu rutina diaria, puedes sentirte más energizado y motivado para alcanzar tus metas. Aquí hay algunas estrategias para mejorar tu bienestar y tener un cuerpo saludable mientras trabajas.

Mantén una postura correcta

Es fundamental prestar atención a la postura, incluso si pasas mucho tiempo sentado. Siéntate con la cadera y las rodillas en un ángulo de 90 grados. Mantén la espalda recta y los hombros relajados.

Una mala postura puede afectar tu entrenamiento al desalinear la columna vertebral y perjudicar el equilibrio, incluso si utilizas técnicas de ejercicio adecuadas. Además, puede causar dolor de cuello por encorvarse sobre el escritorio. Corrige tu postura si notas que te encorvas; es un hábito fácil de cambiar y crucial para tu salud.

Cuida tu alimentación

Es fácil consumir muchos bocadillos en el trabajo. Evita esto con cambios simples. No te saltes el desayuno; te ayudará a impulsar tu metabolismo después de dormir y evitará antojos de alimentos grasos. Si tienes poco tiempo por la mañana, ten avena instantánea o cereal en tu escritorio.

Prepara tu propio almuerzo y snacks para evitar opciones poco saludables a media tarde. Algunas opciones saludables incluyen zanahorias pequeñas, nueces o frutas.

Bebe muchos líquidos

Debes beber entre 8 y 10 vasos de agua al día. Llenar tu botella de agua también te ayudará a mantenerte activo. Tómate un descanso del trabajo y camina hasta el dispensador de agua para añadir algunos pasos a tu rutina diaria.

El agua te ayuda a mantenerte alerta, hidratado y saciado, combatiendo el hambre prematuro. Evita las bebidas gaseosas y el café del mediodía; opta por té verde, que te hidratará y fortalecerá tu sistema inmunológico.

Encuentra tiempo para caminar y moverte

Para mantenerte activo en un trabajo de escritorio, comienza con una actividad simple como caminar. Estar sentado durante mucho tiempo puede afectar la postura y los músculos. Incorpora movimientos regulares a lo largo del día.

Para obtener pasos adicionales, estaciona más lejos y usa las escaleras. Camina con un compañero de trabajo durante el almuerzo. Toma llamadas de pie, camina hacia el escritorio de un colega en lugar de enviar un correo electrónico, o bájate una parada antes si usas transporte público.

Realiza ejercicios de escritorio durante el día

Combate el sedentarismo integrando ejercicios de escritorio y estiramientos en tu rutina. Incluso si no puedes alejarte de tu escritorio, pequeños entrenamientos sentados pueden fortalecer y tonificar tus músculos.