¿Cómo puede ayudar la cáscara de mandarina en el cuidado de tu jardín?

Descubre los beneficios ocultos que tiene este residuo natural para mantener tu jardín saludable y ecológico

La cáscara de mandarina es rica en nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio. (Foto: Difusión)

La cáscara de mandarina, frecuentemente desechada, es un recurso valioso que puede transformar tu jardín de manera sorprendente. Más allá de su uso en la cocina, esta parte de la fruta posee propiedades que favorecen el crecimiento de plantas y contribuyen a la salud del suelo. A continuación, te presentamos cómo este simple residuo puede ser un gran aliado en tu huerto o jardín.

1. Contribuye a la creación de compost

Las cáscaras de mandarina, al igual que otras cáscaras de cítricos, son ricas en vitaminas y nitrógeno , esenciales para la formación de un compost saludable. Estos ingredientes aceleran el proceso de descomposición, mejorando la calidad del abono orgánico y, en consecuencia, la fertilidad del suelo. Utilizar este compost en tu jardín te permitirá enriquecer tus plantas con un fertilizante natural y ecológico.

2. Fertilizante casero

Si no cuentas con una pila de compost, las cáscaras de mandarina pueden ser una excelente opción para hacer fertilizante casero. Puedes preparar un fertilizante líquido dejando las cáscaras en agua durante varios días. Esta infusión, cargada de nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, se puede usar para regar tus plantas. También puedes secar las cáscaras, triturarlas y espolvorearlas directamente sobre la tierra para proporcionar un fertilizante seco.

La cáscara de mandarina mejora la calidad de un compost casero.

3. Mejora la calidad del suelo

Colocarlas directamente sobre la tierra crea una capa que, al descomponerse, irá enriqueciendo el suelo. Si las cáscaras están secas y trituradas, pueden servir como mantillo, lo que ayuda a conservar la humedad, a suprimir malas hierbas y liberar nutrientes de manera gradual. También se pueden enterrar en trozos bajo la superficie del suelo, integrándose más rápido en las raíces y añadiendo materia orgánica que mejora la textura y fertilidad del suelo.

4. Repelente de insectos

Una de las formas más prácticas de aprovechar las cáscaras de mandarina en el jardín es como repelente natural. El aroma cítrico que desprenden puede disuadir a diversas plagas, como babosas, pulgones y hormigas. Colocarlas alrededor de las plantas o enterrarlas cerca de los semilleros ayudará a mantener a raya estos insectos sin la necesidad de usar productos químicos dañinos.

Se puede crear un fertilizante contra babosas, pulgones y hormigas.

5. Macetas biodegradables para semilleros

Otra forma innovadora de aprovechar las cáscaras de mandarina es usarlas como macetas biodegradables. Solo tienes que cortar la fruta por la mitad, vaciarla y rellenarla con tierra. Después, puedes plantar semillas en ella. A medida que la planta crece, puedes trasplantarla al suelo sin quitar la cáscara, ya que esta se descompondrá naturalmente, aportando nutrientes al suelo circundante.