Descubre cómo reconocer los primeros síntomas de un accidente cerebrovascular

En la actualidad, el ACV es la segunda causa de muerte en todo el mundo, por lo que, un diagnóstico rápido puede ser fundamental.
Mediante la metodología F.A.S.T se pueden reconocer los primeros signos.

El accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que puede cambiar la vida de una persona en cuestión de minutos. Ocurre cuando el flujo sanguíneo, hacia una parte del cerebro, se reduce o se interrumpe, lo que puede causar un daño irreversible por falta de oxígeno y nutrientes.

Para los pacientes con accidente cerebrovascular, el tiempo es fundamental, ya que pueden llegar a morir hasta 1,9 millones de células cerebrales por minuto. Por lo tanto,  una respuesta, diagnóstico y tratamiento rápido pueden desempeñar un papel decisivo en la recuperación, evitando que se produzcan secuelas duraderas.

¿Cómo reconocer los primeros signos de un ACV a través de la metodología F.A.S.T?

F (Face – Cara): ¿La persona tiene la cara caída de un lado o torcida?

A (Arm – Brazo): ¿La persona es incapaz de levantar ambos brazos por igual?

S: (Speech – Habla): ¿La persona tiene dificultades para hablar?

T (Time – Tiempo): Si nota alguno de estos síntomas, llame de inmediato a los servicios de emergencia. Cada minuto cuenta.

Persona en rehabilitación después de sufrir un ACV. Foto: freepik

Los avances en tecnología médica están transformando el diagnóstico y tratamiento del ACV, permitiendo una atención más rápida y precisa. La angiografía, junto a la tomografía computarizada y la resonancia magnética proporcionan información mayormente significativa del área cerebral afectada, ayudando a los médicos a tomar decisiones de tratamiento seguras, mejorando así las perspectivas de recuperación de los pacientes afectados.

En la actualidad, el ACV es la segunda causa de muerte en todo el mundo. Sin duda, es una razón por la cual se debe continuar trabajando por mejorar todo tipo de intervenciones, reforzar la prevención y ampliar el acceso a la salud a más personas.

No solo para salvar vidas, sino también para permitir que los pacientes que experimenten esta condición médica puedan continuar con su vida, teniendo en cuenta retos como la discapacidad física, cambios en su forma de pensar y sentir, dificultades de comunicación, pérdida de trabajo, ingresos y relaciones