El cariño con que Marit Quiroz realiza sus trabajos es increíble, tanto así que varios de sus clientes son capaces de confiar ciegamente en sus resultados. A través del arte que genera, la emprendedora se siente contenta por colocar todo su corazón y ver como las tortas que realiza acompaña, incluso a través de los años, a sus consumidores en los eventos más importantes.
Y por si ello fuera poco, es una mujer que se preocupa por el bienestar de las suyas, lo cual permitió que asista al Congreso para modificar algunas leyes en beneficio de las ciudadanas. Una experiencia que la enriqueció como persona al conocer las diversas realidades de las mujeres en diferentes partes del Perú y espera algún día concretar su estadía como congresista.
¿Cuándo empezaste a interesarte por el tema de la repostería?
Yo estoy en esto de la repostería desde 1999, estudié Industria Alimentaria en Senati. Dentro de la carrera teníamos los cursos de panadería, pastelería, pastelería fina, decoración de tortas y llevábamos un básico de cada curso. Pero luego tuve mi primer hijito y yo siempre tuve mi mente en que debía hacer algo para valerme por mi misma.
¿Cómo nació tu emprendimiento?
Cuando ya tuve mi segunda hija decidí emprender. Empece con la familia y los conocidos. Luego de años, estudié con Miguel Roque, un pastelero conocido, llevé cursos, de ahí empecé con mis prácticas y poco a poco comencé. Siempre tuve en mente tener algo por mí misma, no quería que alguien más me mande y deseaba ser mi propia jefa e hice algo. Mi negocio comenzó a dar frutos, lo vengo formando por clientes desde 2012 o 2013, quienes me empezaron a recomendar.
¿Cuál es el sello personal de tu emprendimiento que hace la diferencia?
El sabor, también no damos promociones porque quiero valorar mi trabajo y mi talento, pero sí creo que tratamos de ponerle mucha dedicación al relleno, los queques que sean de primera calidad. Para mí es lo primordial que no solo entre todo por los ojos sino que al probar me escriban: «Ay, la torta esta buenísima, le encanto a todos». Eso me anima a seguir aunque sea un trabajo tedioso.
¿Y sobre tus momentos más difíciles?
En la pastelería siempre hay que innovar y capacitarse. Hubo un momento en donde llegaban nuevas técnicas y a veces por no perder clientes siempre decía que podía con todos los modelos o aceptaba varios pedidos para una fecha y era estresante. Muchas veces uno lloraba de frustración porque quedabas a cierta hora y como sea debía hacer que todo este listo para esa hora, pero mi esposo es quien me ayuda bastante, trabaja conmigo. Él es profesor de Senati, somos promoción y sabe mucho del rubro. Siempre fue mi apoyo con mis hijos.
La pandemia también fue complicada…
Actualmente voy bien gracias a Dios, pero durante la pandemia las tortas bajaron, no habían casi pedidos y hasta el día de hoy lo que hacía eran modelos grandes de dos o tres pisos, pero ahora poco a poco están recién pidiendo esos modelos. Todos los precios están elevados al 100 % y los clientes piden tortas más pequeñas por ello. En el tiempo de pandemia nos reinventamos para no hacer solo tortas personalizadas, hemos enviado por delivery por porciones y la gente nos pedía.
¿De qué manera trabajas con tus clientes para tener un resultado exitoso?
Más que todo tengo clientes fieles que a sus niñas les he trabajado desde que han estado en el vientre y ahorita ya tienen 10 años. A una le haré sus 15 años, ya que esa clienta confió en mí a ojos cerrados desde mis inicios y entonces ya el otro año es el evento, siempre tengo clientes que buscan lo bueno, no les importa mucho el precio sino la calidad quedándose conmigo.
Hay clientes que vienen con un diseño predeterminado y siempre queremos ofrecer nuestro toque. Algunos que otros me dicen: «Te lo dejo en tus manos» y confían, otros que vienen con dudas y me indican la profesión de la persona a quien quieren regalar. Ahí es donde les digo si tienen una idea para que lo dibujen o yo se lo puede hacer, al quedar yo le envío la propuesta y si le gusta la idea, lo hacemos.
Realizaste un taller de mini chef. ¿Estás considerando volver a realizarlo?
Sí, claro. Me dicen que les avise si en julio habrá porque es la primera vez que trabajo con niños y fue todo un éxito. Cada niño es un mundo, yo trabajo con mi esposo, quien tiene mucho tacto y los padres también están orgullosos. Estuvieron contentos en el cierre porque estaban agradecidos, los niños les decían muy entusiastas: «Ya me tengo que ir a trabajar».
De verdad me sorprendí mucho porque se subestima el hecho de que son niños, pero son muy proactivos, incluso con las herramientas que le dábamos, yo los quería contratar por la habilidad que tenían en las manos.
¿Cuál ha sido tu creación más importante desde que comenzaste con tu negocio?
Hay varias. Por ejemplo, me gustó mucho un trabajo que le hice a una amiga, una torta en forma de cubo el cual está en tendencia, que son capas y capas con diferentes rellenos; dejar que te quede prolijo, cubrirlos, forrarlos con los billetes. Fue un poco complicado elaborarlo, los billetes estuvieron impresos en papel de azúcar con base de fondant. Más que todo es hacer la estructura y lo demás se puede trabajar, no es tan complicado.
También estuviste en el Congreso, pero fue por diferentes razones…
Un tema político, recibí una invitación para participar en el Parlamento Mujer en la cual buscamos tener más participación ciudadana. Llevamos un curso virtual de varias semanas, dimos exámenes y si teníamos cierto puntaje, ingresábamos y hacíamos toda una labor de congresistas por dos días. Fue una experiencia muy bonita en donde encuentras mujeres de todo el país incluso de provincia que vienen de partidos políticos de asociaciones y gente muy preparada que tiene ganas de apoyar con la convicción de que se puede hacer algo por nuestro país.
Estuvimos en ello, incluso tuvimos la oportunidad de poder modificar una ley que se hizo anteriormente por los congresistas y se aprobó. Ahora entra al Congreso para ser aprobado y con otro proyecto de ley que también se está revisando, me imagino que demora, hay que darle seguimiento y todo eso. Fue muy bonito y quizás más adelante tenemos un grupo en el cual podamos ser futuras congresistas.