“La infertilidad es un problema que afecta aproximadamente al 15 % de las parejas en edad fértil”, nos comenta el Dr. Javier García-Ferreyra, uno de los fundadores del centro de biomedicina reproductiva EmbryoFertility. “Este porcentaje, según demuestran los estudios, viene en aumento en las últimas décadas debido a diversas circunstancias fisiológicas, ambientales y sociales”.
Entre ellas, una de las más relevantes, por supuesto, es la edad. Y esta atañe tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, es en las mujeres donde el reloj biológico causa mayores consecuencias a la hora de quedar embarazada.
¿Por qué la infertilidad afecta más a las mujeres?
“A partir de los 35 años, la probabilidad de que una mujer consiga un embarazo cae aproximadamente en un 50 %”, explica el Dr. García-Ferreyra. “Esto sucede porque las mujeres nacen con un número determinado de óvulos que va disminuyendo con los años; es decir, desde la primera menstruación hasta la menopausia, los óvulos se reducen paulatinamente tanto en cantidad como en calidad”.
¿Significa esto que, a partir de esa edad, una mujer ya no puede lograr un embarazo espontáneo?
No, pero hay menos condiciones para que ocurra. Por eso, muchas veces se requiere la ayuda de tratamientos de reproducción asistida.
¿Cómo reducir los riesgos en un embarazo después de los 35?
El Dr. García-Ferrerya es bastante claro: “Si hablamos con honestidad, además de tener tasas de éxito menores, los embarazos en mujeres mayores de 35 años implican un mayor riesgo de embriones genéticamente alterados”.
Afortunadamente, en la actualidad la biomedicina reproductiva ofrece 2 procedimientos que pueden minimizar estos riesgos:
Preservación de la fertilidad. Por este medio, una mujer joven puede congelar sus óvulos de forma eficiente y segura hasta el momento en que decida tener hijos biológicos. Así, a través de la criopreservación, sus óvulos mantendrán todas sus cualidades y propiedades.
Diagnóstico genético preimplantacional. Detecta las alteraciones en el número de cromosomas en los embriones. De este modo, disminuyen las posibilidades de aborto y de alteraciones genéticas (como el síndrome de Down u otras) que pueden ser compatibles con la vida.
Finalmente: algunas ventajas de postergar la maternidad
En el mundo actual, la tendencia de mujeres y parejas que, por distintos motivos, deciden retrasar el embarazo hasta después de los 35 años está en constante aumento. ¿Cuáles son las ventajas de esta postergación?: mamás más maduras (tanto a nivel personal como profesional) que asimismo tienen mayores ingresos y mejor claridad sobre sus prioridades.