El calor inclemente del verano invita a refrescarnos con un delicioso helado. Es aquí donde nos encontramos con Yipis, una heladería que se convirtió en la perfecta opción para degustar de este tipo de postre que fusiona los sabores frutales con cereales andinos.
Magacín 247 conversó con Roger Pio Choque, fundador de Yipis, un emprendimiento que nos trae una propuesta con una gran diversidad de sabores que además de darnos frescura entre tanto calor, promete deleitar nuestro paladar.
¿Cómo nació la idea de crear Yipis?
Bueno, la idea básicamente nace por la falta de mercado, nosotros en realidad somos productores de quinua, venimos de la ciudad de Puno, de la comunidad campesina Huerta Huaraya. Nuestras ventas en verano siempre bajan cuando estábamos en Lima, y no teníamos tanta capacidad de venta, por ende los ingresos bajaban. Antes, pues a la quinua no la conocían tanto como ahora.
Hicimos nuestro primer helado con una técnica aymara que es de la zona sur de Puno y consiste en una maquinita tipo rodillo donde se mete el hielo y encima se echa la leche. En este caso preparamos leche con quinua tostada y graneada y con eso iniciamos.
¿Por qué el nombre de Yipis?
Antes de Yipis habíamos puesto tres opciones, trabajamos con Diego, quien es un amigo, también de APEGA de Mistura, había hecho bastante trabajo para ellos. Le consultamos a él y accedió a crearnos la marca y hacernos el nombre. Primero fue Chirimiski, luego fue Thaya que significa «frío» en aymara y luego Yipis, que son las iniciales de mi esposa Yina y Pio, ya que así me dicen de cariño. Diego armó el logo colocando a un niño que vendía chupetes o helados en la zona altiplánica y luego al logo le puso las polleras y los cerros tutelares. Entonces eso es lo que significa Yipis y lo que es el logo.
¿Cómo ha sido vender durante la época de pandemia ?
En realidad, nosotros habíamos abierto hace dos años en la ciudad de Puno, nuestro primer local, porque en Lima siempre hemos estado en eventos y en ferias, entonces en Puno tuvimos que cerrar, pero ya estábamos fuertes en Lima, en eventos y ferias, ahí nos conocían más. Eso fue lo que nos impulsó a seguir, porque durante la pandemia fueron seis meses prácticamente que no trabajamos y nos quedamos con unas 120 cubetas de helado, que al final tuvimos que regalar o incluso botar.
El otro detalle fue el de poder llegar a un cliente de manera higiénica manteniendo todos los protocolos de bioseguridad, ya que no se podía servir en ninguna feria. Por suerte habíamos mandado hacer un lote de vasos nuevos de 6.5 onzas, que nos ayudaron bastante porque tuvimos que reinventarnos y ponerle una tapita y enviar todos los helados envasados. Eso fue lo que enviamos como propuesta a las ferias campesinas y se demoraron un mes para respondernos y decirnos que nos habían aceptado.

¿Quién le enseñó a hacer los helados?
Yo soy técnico de industrias alimentarias y sé hacer muchas cosas, pero nunca había hecho helados. Acá simplemente primó la creatividad. Se mezcló la leche con la quinua y fui al mercado. Unos amigos agricultores me dijeron que hiciera helados con las frutas que les sobraban o que no llegaron a vender. Eso es lo que a mí me empujó a seguir un curso de heladería en la Universidad Agraria de La Molina. Entonces ahí es donde realmente aprendo cómo es que se hace un helado y a cómo añadirle frutas. El curso duró tres días y fue una inversión que al final dio sus frutos.
¿Cuáles son los sabores de helado que más se venden?
Antes de la pandemia, siempre han salido los helados de lúcuma, que es un clásico peruano, también el helado de fresa, el queso helado arequipeño, el helado de quinua, maracuyá o de guanábana. Hemos hecho helado de frutas exóticas de la selva como el Camu-camu. Por último, el helado de chocolate con cañihua también fue un boom para nuestros clientes.
¿Cómo nació la idea de fusionar los cereales andinos con los helados?
Lo que nos impulsó a hacerlo fueron las Ferias Internacionales de Mistura, ya que siempre nos exigían cada año innovar cosas. Yo ya había participado muchos años en Mistura y sabía que la gente iba ahí por novedades. Por eso cada año hemos tratado de sacar un helado de diferentes fusiones de frutas y de granos andinos. Hemos hecho incluso helado de papa, helado de tarwi, de coca y de tocosh, exclusivamente para Mistura porque sabía que la gente iba a probar exclusivamente cosas que son novedosas.
¿Qué cree que hace diferente a Yipis de las demás heladerías?
Lo que nos hace diferentes es que creemos que no tenemos competencia, sino que somos la competencia. Trabajamos con frutas de productores directos, no vamos al mercado, sino que tratamos de apoyarnos entre nosotros, entre productor y transformador y eso es lo que nos hace diferentes.
¿Cuáles son los protocolos de seguridad que manejan al momento de la entrega?
La ventaja de nosotros es que esto no nos afecta mucho, porque siempre hemos recibido capacitaciones por parte de Agroferias campesinas. Nosotros siempre hemos usado el barbijo para atender, una mallita y guantes. Siempre hemos trabajado así, hasta el día de hoy. Toda entrega se hace en bolsa térmica ya que así aseguramos la esterilización de nuestros productos que van a los locales de distribución
¿Cómo visualiza a Yipis de dos a cinco años?
Lo veo en diferentes puntos de venta con un buen registro sanitario. También apuntamos a establecernos en tiendas ecológicas y orgánicas. Se espera abrir nuevamente en Juliaca, Puno, ya que es nuestra tierra y queremos que nuestra gente pruebe la calidad de nuestros productos.
¿Actualmente dónde podemos encontrar los helados de Yipis?
Ahorita estamos solamente en la Agroferia campesina, que está en la cuadra 5 de la avenida El Ejército, en el Puericultorio Pérez Araníbar. La atención de la feria es de viernes a domingo de 8:00 a.m., a 3:00 p.m.