Nicolás Yerovi, periodista y escritor peruano, falleció el 19 de enero a los 73 años. La noticia fue confirmada por su hija, Paloma Yerovi, a través de redes sociales. Yerovi se encontraba hospitalizado desde el 18 de enero en el Hospital Rebagliati debido a problemas de salud. Fue una figura clave en la cultura peruana, conocido por su humor crítico y su aguda visión política.
“Con tanta tristeza les comunico que Nicolás Yerovi, mi papá, murió hoy. Tan pronto tenga detalles del velatorio, se los haré saber”, compartió su hija Paloma Yerovi en un emotivo mensaje en sus redes sociales. El periodista se encontraba hospitalizado en el Hospital Rebagliati desde el 18 de enero, tras enfrentar complicaciones de salud.
Reacciones ante su muerte
La muerte de Yerovi causó conmoción en la comunidad cultural peruana. La Casa de la Literatura expresó su pesar y destacó la renovación de la revista «Monos y monadas» bajo su dirección, lo que permitió que el legado de su abuelo siguiera vivo. Además, la Municipalidad de Barranco lamentó su partida, destacando su importante papel como dramaturgo y humorista, y extendió sus condolencias a su familia.
Su legado y trayectoria literaria
Nacido en Lima el 31 de agosto de 1951, Yerovi fue nieto de Leonidas Yerovi, periodista, poeta y humorista. Continuó el legado familiar, especialmente a través de la revista «Monos y monadas», fundada en 1905 por su abuelo. Yerovi refundo la revista y la dirigió durante décadas, marcando su sello personal con una crítica mordaz y satírica de la realidad política y social del país.
Además de su trabajo periodístico, Yerovi fue autor de diversas obras literarias, como las novelas «Más allá del aroma» (2000) y «La casa de tantos» (2001), así como el compendio humorístico «El Perú de Yerovi: la leyenda de Monos y Monadas» (2006). También publicó dos entregas de la saga «Mariano Bidasoa: El hombre engaña y Tarjeta amarilla» (2004). Su estilo único marcó a generaciones de lectores.

El impacto de su obra
A lo largo de su carrera, Yerovi también se destacó como dramaturgo, con obras como «Titina», una comedia escrita en verso octosílabo. Su capacidad para combinar humor con crítica política lo convirtió en una figura central en el periodismo y la literatura peruana. Su legado permanecerá en las generaciones futuras gracias a su enfoque único para abordar temas actuales con agudeza y humor.