En la historia de la televisión peruana, Maritere Braschi es uno de los nombres que más resuena, y es que hablar de ella es traer a colación la preparación y el profesionalismo que la convierten en una de las figuras más destacadas de la pantalla chica.
La periodista, además de ser conocida como uno de los rostros más bellos de Perú, es una mujer que supo abrirse camino en una sociedad machista, haciendo destacar su voz y dejando que su trabajo hablara por ella.
En el aniversario de Magacín 247, conversamos con María Teresa Braschi, conocida como Maritere Braschi, quien nos contó sobre sus inicios en el periodismo, algunas anécdotas en este mundo y cómo logra verse tan regia a sus 57 años.
Regresaste a Reporte Semanal, ¿Cómo te sientes de volver en este horario y nuevamente los domingos?
Yo había hecho ese horario desde el 2014 hasta los últimos dos años que me pidieron asumir la conducción de ‘90 Matinal’ en la mañana; cuando me lo dijeron te confieso que me sorprendió, me asustó un poquito por el cambio de horario. En el noticiero de la mañana te tienes que levantar más o menos a las 3:30 a.m., porque el ingreso al canal es a las 4 de la mañana, que es más o menos lo que te demoras en estar lista, maquillada, peinada, informada, para estar a las 5 en punto al aire.
Es un programa de cuatro horas, sin embargo, me acostumbré, me adapté muy bien y lo hice durante dos años, entonces cuando me dicen para regresar a mi horario habitual que era el de los domingos, una vez más al principio me dio pena porque ya me había acostumbrado.

¿Cómo fue este cambio?
El programa del día a día te genera mucha adrenalina, estás en vivo, pasan muchas cosas y no es lo mismo que un programa de domingo que tiene otro ritmo, otra temática, pero, me he reconectado con mis tiempos y eso es muy importante. Tengo más tiempo, estoy menos cansada, porque de todas maneras al ser un programa diario, levantándote tan temprano, sí te pasa la factura.
¿Cómo hacías en ese momento para organizar tu tiempo en familia?
Mis hijos no son niños, en ese sentido no requieren tanto mi atención y mi tiempo, sin embargo, yo complemento mi trabajo en televisión con otro tipo de labores. Para algunas empresas, cuando hay congresos y foros me invitan a encargarme de la conducción de estos eventos y eso también requiere mi preparación, requiere que esté descansada, y en estos dos años han habido muchas cosas que he tenido que declinar, no he podido aceptarlas porque llegaba muy cansada.
Seguramente este horario te absorbió un poco…
Me gusta hacer deportes, tengo una vida que también se vio afectada porque llegaba muy cansada y no dormía mis horas, no me daba la energía. En un mes y algo que he dejado de trabajar, siento que he recuperado todos mis niveles de equilibrio, me siento muy bien físicamente hablando.
¿Cómo logras que te dé tiempo para todo?
Hay que saber organizarse, la palabra clave es la organización, creo que muchas mujeres que me ven piensan: “¡Ay es que tú te dedicas al 100%!” Yo no me dedico al 100% a la gimnasia, al trabajo ni a una sola cosa, soy absolutamente multitask, hago muchas cosas en un mismo día. Si yo pudiera comentar algo es decirles a las personas que no encuentren excusas, cuando uno se organiza uno realmente puede terminar haciendo lo que uno quiere hacer.

En esta pandemia, ¿Qué ha sido para ti lo más difícil de ejercer el periodismo?
Creo que lo más difícil ha sido que ya de por sí todos vivíamos una incertidumbre, nos llenábamos de temores, el mismo virus, iba pasando ola tras ola, lo que se creía que podía funcionar como método para curar o aliviar no funcionaba, veías casos cercanos. Toda esa atmósfera, toda esa energía que nos agarró a todos, de alguna manera a nosotros como comunicadores, en mi caso estando 4 horas diarias en vivo, eso se veía potencializado.
No tenía un espacio donde me pudiera desconectar de todo, como seguro mucha gente en casa, cuando uno vive una situación difícil, tienes que poner un equilibrio en la balanza y tener espacios de paz, de tranquilidad y eso fue imposible porque nos tocó informar todos los días sobre esto. Llegaba el fin de semana y también tenía que estar muy actualizada porque además era un tema de cifras y nunca, ni un solo día me pude desconectar de todo lo que estábamos viviendo.
¿Extrañas hacer periodismo de calle?
Lo que extraño y que ojalá se pueda llegar a dar en este espacio es la conversación. Me gusta mucho esto, la entrevista, el tú a tú. Puedo hacerlo en la calle, pero también puedo hacerlo en el estudio, el poder desnudar el testimonio de alguien, desnudar en el mejor sentido de la palabra; no es ponerlo contra la pared, sino más bien hacer que se sienta cómodo y pueda expresar lo que vino a decir y lo que no necesariamente quiere compartir. Creo que es algo que desarrollé muchísimo, incluso en mi etapa como conductora de talk show, y me dio ese manejo de entrevistar casos políticos y muchos casos humanos. Eso sí es algo que yo extraño, que me encantaría retomar, la entrevista.

¿Con qué historias te gusta conectar más en las entrevistas?
A mí me gusta conectarme con la verdadera humanidad de las personas, me gusta conectarme con su esencia natural. Creo que con el político tienes que hacer un trabajo doble, porque tienes que quitarle la careta de político, hurgar un poquito más allá del discurso que él quiere dar para la tribuna y normalmente con estos sueles hablar de un tema en particular y penetrar en eso. Muchas veces, si este es bueno, va a tratar de hilar la narrativa, que no es necesariamente la realidad (risas). En ese sentido, si me dieras a elegir yo siempre voy a preferir el ser humano que es completamente abierto, que viene y me cuenta su vida y al final tienes al frente a un personaje muy valioso, infinitamente rico en pasión, en entrega, en vocación de servicio. Finalmente, los verdaderos héroes de la vida, de la calle, no necesariamente tienen un título o un cargo político sino que son justamente esas personas que empujan el carro desde atrás.
Durante tu carrera has entrevistado a muchos personajes, ¿Hay alguno que te haya marcado para bien o para mal?
No me gustaría mencionar a uno, porque no quisiera olvidar a quienes de repente sí me han podido impactar, como tampoco me gustaría hablar mal de alguien que tuvo la generosidad de dar una entrevista. Pero sí me ha sucedido que me he decepcionado de algunos personajes que veía como: ‘¡Wow!’, como también me ha pasado al revés, gente muy sencilla que me ha dado grandes lecciones de vida con lo que me han contado y han podido compartir conmigo.

¿Qué buscas de cada encuentro?
Creo que de cada entrevista, de cada encuentro e intercambio, siempre me gusta llevarme algo. Nunca me gusta irme con las manos vacías, siempre me llevo algo porque siempre trato de conectar con las personas, a través de los ojos, de los que les digo o ellos me dicen, a través de la sonrisa. Cuando entrevisto voy siendo muy yo, no es que voy como la entrevistadora seria que tiene que tomar una postura, en ese sentido, cuando logro conectar con el ser humano para mí es un éxito, consigo lo que me interesa en una entrevista.
Y hablando de personajes, quería recordar esa anécdota cuando entrevistaste a Julio Iglesias, quien te invitó a cenar, ¿Cómo reaccionaste siendo tan joven? ¿No habrá sido el único?
La verdad no fue tanto que me invitó a mí a solas, sino que él iba a cenar con un grupo y me dijo: “Maritere, ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Te gustaría ir a cenar?” No es que él y yo solos (Risas), no fue así tanto. Pero igual, siempre es halagador que un personaje de esa trayectoria mundial tenga el detalle de incorporarte a compartir un momento más allá de la entrevista. Le dije que no, obviamente, porque en ese momento no me parecía algo con mucho sentido. Sí me he acostumbrado a hacer una línea bien clara entre mi trabajo, muchas veces ni siquiera voy a estos cócteles, empresas grandes siempre nos han invitado, uno debería ir para estar informado, pero prefiero no ir muchas veces y digo que no, no ha sido la única vez que he dicho que no. Sí, es un halago, es agradable que quieran compartir un poquito más de tiempo contigo, pero yo no siempre he estado dispuesta (risas).
¿Hay algún consejo que te hayan dado a lo largo de tu carrera y que hasta ahora no olvides?
Recuerdo que Julián Cortez, que fue mi director en ‘Contrapunto’, que fue uno de los programas más importantes en los que tuve la oportunidad de conducir siendo muy joven porque marcó un horario distinto en la televisión. Los domingos en las mañanas en televisión nacional solamente se veían dibujos animados para los chicos y fue el primer programa que colocaron en un horario distinto en la mañana, un espacio muy fuerte en su momento. En esa época no había Internet, me tocaba investigar, acceder a libros, revistas, para conocer algo del tema que me podía tocar en ese domingo. Eran tiempos difíciles y él me decía: “Maritere, lee todo lo que caiga en tus manos, un periodista tiene que leer todo” Y aprendí eso, cuando la vida me pone en un sitio, en una sala de espera, leo todo lo que caiga en mis manos y absorbo todo como una esponja.
Mucha gente te considera uno de los rostros más bellos de Lima, ¿Qué piensas sobre esto?
Cuando yo empecé mi carrera en la televisión, los titulares siempre hacían referencia y me decían “La niña bonita”, en ese momento había una telenovela de Ruddy Rodríguez que se llamaba ‘Niña bonita’ y me decían así.
Creo que al principio no me gustaba mucho porque sentía que no se enfocaban tanto en mi crecimiento profesional, hoy, a la edad que tengo (risas) te imaginarás que es un halago y digo: ‘Gracias por decirme cosas tan bonitas’.

Es una belleza que va más allá…
Muchas veces te dicen: “Qué linda eres” y créeme que siento que se refieren a: “Qué lindo conecto contigo”, más allá de que te quieran decir: “Qué linda te ves”, y eso me parece muy bonito. Creo que en Perú se usa mucho: “Qué lindo/a”, y es un concepto que va más allá de lo físico. Siempre agradezco cada uno de los comentarios y trato de responderlos todos, agradezco si me quieren decir linda, bonita, no importa lo que me digan, mientras sea con buena onda lo recibo de mil amores, eso es lo único que tomo, como algo que viene con mucho cariño. Más allá de la traducción literal que significa decirte linda, creo que detrás de esas palabras está lo más importante, que es el cariño y con eso me quedo.
Muchas mujeres se enfrentan a lo que comentas cuando iniciaste tu carrera, ¿Cómo superar esa brecha de “eres linda”, para demostrar que también eres muy profesional?
Al principio, como te digo, me molestaba, pero fui haciendo mi trabajo y en el camino hay gente que fue valorando lo que hacía, destacando lo que hacía en la prensa, en la calle. Hoy, a la edad que tengo, con más de 35 años en televisión, que me digan linda es…¿Sabes qué? Ya llega un momento en la vida que tú ya sabes lo que eres, quién eres y ya no necesitas la validación del resto, pero eso solo se consigue con los años. Cuando eres muy jovencita todavía estás esperando que la gente te valide, tu profesionalidad, muchas veces en tu belleza, porque hay que también saber y hay que decirlo, porque también existe mucha inseguridad en algunas mujeres, en cómo se ven, porque se los hicieron creer, porque le hicieron bullying en el colegio, porque no recibieron el amor y el afecto necesario, hay muchos desórdenes alimenticios vinculados a la falta de amor, de autoestima, de aceptación a uno mismo.
Esta aceptación que viene con los años…
A estas alturas de mi vida, les digo a las chicas que hay que aceptarnos, en nuestras diferencias, y eso se logra con los años, si te validan o no les pareces, ya estás un poco más arriba o de repente un poco más abajo en lo terrenal. Cuando pisas un poco más de tierra, lo que me digan o no me afecta muchísimo menos que al principio, antes un jefe mío me podía decir algo y me lo tomaba y me lo creía. Hoy en día me doy cuenta que te pueden despedir de un trabajo, tu jefe puede decirte que lo que haces no está bien, pero tú siempre tienes que saber quién eres, lo que haces y lo que das. Vivimos en un mundo tan machista que con mucha facilidad viene alguien, por lo general un hombre, a querer un poco bajonear a una mujer, a querer reducirla en su profesionalidad y capacidades, ya tengo experiencia, sé reconocer, sé cuando alguien te habla desde la envidia, y me da pena porque lo que uno da es lo que uno tiene y si hay alguien que solo es capaz de decir cosas desagradables eso habla de él. Lo tomo de quien venga.

Estás cerca de cumplir años, ¿Cómo te cuidas para verte siempre tan regia? ¿Cuál es tu secreto de belleza?
Creo que es un cúmulo de cosas. Yo diría que es disciplina y hábitos. Si tuviera que reducirlo en números sería, primero, ser feliz, porque cuando tú eres feliz, cuando eres una persona plena, cuando estás desarrollándote en lo que quieres, créeme que tú no tienes que recurrir, por ejemplo a la comida como mecanismo de refugio, ni a las relaciones tóxicas porque tú ya sabes quién eres y con quién te quieres relacionar de manera sana.
Aquí entra la salud mental…
Creo que hay una salud mental que es importante cuidar, un bienestar, tu autoestima, algo que tiene que ver con tus pies puestos sobre la tierra y que se refleja en tu forma de ser, tu tranquilidad, asertividad. Eso es la base de todo. Cuando ya tienes esa tranquilidad, tú te sientes con la energía para hacer ejercicios, te quieres, te cuidas de ti misma porque a veces nos autoboicoteamos mucho. En segundo lugar, el sueño. Descansar es muy importante, la falta de sueño hace que seas una persona irritable, que no funciones bien todo el día, tomar mucha agua, hidratarte, los estudios lo dicen, la cantidad de cosas que funcionan bien cuando tú te hidratas, una de ellas es la piel, que es el órgano más grande que tenemos en el cuerpo, y luego comer frutas, verduras, una alimentación balanceada.

¿Cómo es la alimentación de Maritere?
Yo como prácticamente todo lo que me provoca y cuando quiero, pero, compenso. Si hoy me comí algo que me gustó, en la noche o en las siguientes horas ya no como o al día siguiente como lo que quiero. Se trata de tener una alimentación consciente y tomar consciencia de todo lo que hacemos en la vida, pero una consciencia plena y tranquila, que no es lo mismo que: “¡Ay, voy a contar las calorías!”, nada que nos estrese a sobremanera, ya vivimos en un mundo tan estresado que imagínate tú si lo hacemos por uno de los placeres más grandes que es comer, a mí me encanta comer y compartir, y es uno de mis planes más bonitos, sentarme a comer en una mesa rodeada de la gente que quiero, compartir una cena, un almuerzo, es uno de los placeres de la vida.
Cuéntame sobre tus hijos, ¿Alguno ha mostrado inclinación por el periodismo?
El mayor estudia medicina y el segundo estudia un tema de marketing y tiene mucha conciencia de lo que son los públicos, así que un poco, sí. Está muy atento a lo que pasa en la televisión peruana, no estudia acá pero está muy pendiente y me dice: “Mami, sacaron un nuevo programa, esto no va a funcionar o esto sí” Por lo general no se equivoca, tiene bastante conexión con el público y creo que le va a hacer muy bien esa lectura porque hoy en día, en realidad creo que una de las carreras del futuro es la persona que hace los análisis de los datos, porque las cifras son frías, pero si tú no las sabes interpretar ¿de qué sirve? Que una persona pueda entender a los públicos, televidentes, consumidores, conectar con sus necesidades, creo que es una gran virtud.
¿Cómo está tu vida sentimental?
Tengo una pareja, somos muy felices, hemos transitado un camino muy bonito y estamos absolutamente compenetrados, así como cuando sabes qué va a decir el otro o lo que quiere (Risas) Nos llevamos muy bien, tenemos un absoluto respeto el uno por el otro, por la vida profesional del otro, los tiempos, nos hemos conocidos grandecitos y eso hace que los dos hayamos llegado a este momento de nuestras vidas sabiendo súper bien lo que queremos y lo que no, eso hace las cosas mucho más fáciles que a los 20 años cuando todavía no sabía muy bien las cosas que queríamos. Me siento bendecida por ese lado.
¿Te gustaría casarte?
Te cuento que en estos años que estamos juntos, al principio yo me quería casar y luego dijimos que sí, luego que no y ahora él se quiere casar y yo le digo: ‘¡Ay! Pero, ¿ya para qué? Si ya somos felices’ Qué complicado, y ahora vino justo la pandemia, cuando estábamos pensando, sí queremos mudarnos juntos, con o sin matrimonio de por medio, pero, yo sí preferiría dar en todo caso el paso siguiente que sería la convivencia, no de frente el matrimonio. En este momento de mi vida me di cuenta que lo más importante es la relación, más que la etiqueta o lo que le ponga, si firmo los papeles o no, en ese sentido me siento contenta.
Maritere, ¿Te ves nuevamente en un talk show?
Me encantaría, pero el talk show como tal aquí creo que se dejó de lado, no sé si funciona o no. Yo tuve mucho éxito en Ecuador con mi programa, este año tuve una invitación para preguntarme si lo quería hacer, en una de esas sale o no la oportunidad. Dejé un público muy bonito en Ecuador, ese programa se vendió a Telemundo Network en los Estados Unidos, si en algún momento se diera la oportunidad de retomar ese u otro espacio de entrevistas y conversaciones, sí me gustaría porque como te digo me encanta.
Quizás en otra plataforma, YouTube o algún podcast…
Creo que estoy acostumbrada a trabajar en televisión, pero hoy en día con toda la infinidad de oportunidades que te ofrecen las distintas plataformas, creo que me tocaría explorar. Es un poquito más de trabajo, porque lo tienes que hacer tú, pero cuando te gusta y es tu pasión, es lo que te empuja.