Este verano está llegando a temperaturas exorbitantes superiores a los 31°. Por ello, se deben tomar las precauciones respectivas para evitar cualquier malestar. Entre las situaciones más recurrentes, debido al intenso sol, se presenta el golpe de calor. Esto refleja un daño grave que infringe el abrumador calor en el organismo de los ciudadanos. El sol de estas fechas quema y a ello se le debe dar la importancia requerida.
En ese sentido, el jefe de medicina Interna del Hospital Sabogal de EsSalud, Gabriel Vidal Domínguez, señala cómo se gesta un golpe de calor en nuestro organismo y qué hacer para prevenirlo:
- La deshidratación y el agotamiento son los dos primeros síntomas por tomar en cuenta. Si se encuentra agotado, fatigado y sin fuerzas, debe reducir su exposición a las altas temperaturas.
- Otro de los síntomas es el trastorno de la función cerebral. El quedarse postrado o tener demasiado sueño es una de las causas que llevan a los pacientes a un estado de coma o incluso la muerte.
- El golpe de calor puede suceder en días o en horas. Los mecanismos de regulación de calor dejan de funcionar por las altas temperaturas, afectando sobre todo a niños y ancianos. Quienes, usualmente, dejan de hacer sus actividades diarias o duermen más tiempo.
- El golpe de calor clásico guarda relación con progresivos eventos de calor y puede desencadenarse en un periodo de tres días. De todas formas, no hay un plazo fijo, ya que cada golpe ocurre en tiempos y maneras distintas.
- Es importante beber más de un litro de agua al día. En el caso de las personas con enfermedades cardíacas o severas se recomienda consultar con su médico la cantidad de agua que puede tomar.
- Las personas que realizan deportes o están expuestas todo el día al sol son más propensas a tener golpes de calor repentinos. Por ello, deben aclimatarse correctamente y aumentar progresivamente su actividad.
- Es recomendable usar prendas holgadas, debido a que las ajustadas acumulan demasiado calor.