Marcela Marañón es una viajera empedernida que después de tener un accidente automovilístico en Estados Unidos que la dejó parapléjica y sufrir la amputación de su pierna izquierda, decidió viajar y tener como meta conocer las siete maravillas del mundo y lo está logrando, sin embargo, por motivos de la pandemia de la COVID -19 todavía no termina de cumplir este sueño.
La peruana lleva consigo una vibra maravillosa y a pesar de las dificultades que enfrenta, ella tiene ganas de seguir disfrutando de la vida y los nuevos retos que se propone. Por ello, Magacín 247 conversó con Marcela Marañón, quien radica en Texas, Estados Unidos para conocer su motivación, sus sueños y los obstáculos que enfrenta tras la discapacidad.
En el país americano, cumple sus sueños, ya que ama los deportes como el basket, esquí acuático, ciclismo y hockey. Además, es empresaria de un negocio de ropa, influencer y hace obras sociales para las personas con discapacidad de diferentes países como Perú, India y Venezuela.
Marcela, cuéntanos un poco sobre tu historia
Me fui siendo muy joven a los Estados Unidos, porque iba a aprender inglés y a realizar una carrera universitaria. Un año después, estaba en el college y tuve un accidente de tránsito, yo estaba con mi hermana y mi novio en ese entonces. El que manejaba nuestro carro perdió el control y el auto dio vueltas, salí disparada, choqué con un árbol y este me golpeó la espalda dejándome parapléjica. Tuve una amputación, por el golpe tan fuerte, el pie se quedó atrapado en el asiento del conductor.
¿Cuál es tu motivación para viajar, a pesar de la discapacidad que tienes?
Descubrí la aventura después de mi discapacidad. Después de haber subido a una de las montañas más grandes del mundo, yo me digo: ¡Wow Marcela, eres súper aventurera, no le tienes miedo a nada! Yo creo que la motivación es demostrarles a las personas que están en una situación como la mía que hay que seguir viajando, experimentando, seguir viviendo tu vida como la quieras. Yo simplemente trabajé mucho, ahorré mucho y con eso ahora puedo gozar.
¿Te dedicabas a la aventura y a estudiar paralelamente?
Yo vine a estudiar como toda persona que emigra aquí y tenía un trabajo de babysitter. En la vida iba a pensar que estaría en la cima de la Montaña del Kilimanjaro y visitando las siete maravillas del mundo. Todo lo que yo he logrado, fue después de mi accidente, de ser mamá, ser empresaria, ser influencer que viaja por todo el mundo, ser una persona humanitaria. Esto es una enseñanza para todas las personas discapacitadas y las que no lo son. He comprobado que los humanos somos buenos, a cada lugar que yo vaya siempre habrá una persona que me va a ayudar. Mi propósito en esta vida siempre ha sido conocer personas, países, culturas. Además, he conocido a personas discapacitadas que viven en esos países.
¿Lograste conocer todos los lugares que te has propuesto?
Estoy conociendo las siete maravillas del mundo, he recorrido Machu Picchu (Perú), Chichén Itzá (México), Petra (Jordania), Taj Mahal (India). Después vino la pandemia, estaba bien difícil. Gracias a Dios este año dejaron entrar a todos los estadounidenses vacunados a Italia, y visité el Coliseo Romano hace un mes. Tengo planeado visitar el Cristo Redentor en Brasil, justo mi hermano está allá. Él me dice: «Todo está bien, no te preocupes». De ahí, me falta China, si no hubiera pandemia ya hubiera terminado de conocer todas las maravillas del mundo.
¿Tienes un itinerario pactado o viajas en cualquier momento?
Yo viajo mayormente en verano porque mi hija se encuentra de vacaciones. Si yo estuviera sola, estaría viajando por todos lados, pero no. Por ejemplo, si voy a Brasil por cuatro días, puedo decirle a mi mamá que cuide a mi hija por cuatro días, lo voy a hacer y punto. Si voy a China, si es un caso diferente.
¿Alguna anécdota especial que recuerdes de uno de tus viajes?
La anécdota que yo tengo siempre es con el acceso a los lugares para las personas que están en silla de ruedas. Todas mis anécdotas son así, personas extrañas me cargan con mi silla para poder subir, como si estuviera llegando la princesa, a veces me da roche. Realmente, el mundo no está adaptado para una persona de silla de ruedas, esa es la parte más triste de mis viajes. Cada lugar al que entro, no se encuentra apto para una persona discapacitada. Eso también quiero dar como mensaje, a mis seguidores de redes sociales mostrarles que el mundo no está adecuado para una persona con silla de ruedas.
¿Crees que hay algunas personas que no desean ayudar, para no pasar ‘roche’?
Yo nací sin discapacidad, no necesitaba una silla, era saludable. Desde niña, estaba programada que iba a ser así. Y de repente, viene un cambio drástico, tienes que programar a que tu vida sea diferente.
Al lograr subir el Kilimanjaro, ¿te consideras una mujer de retos?
Sí, me considero una mujer de retos, si me voy y salen bien las cosas, todo bien, de lo contrario, si me va mal, es parte de la decisión que yo tomé. Yo creo que los retos pueden ser exitosos o no, y estoy preparada para aceptar lo que viene.
Para subir la montaña, ¿Tuviste alguna una aclimatación y preparación previa?
No, para subir al Kilimanjaro tomé unas pastillas para afrontar la altura. Respondí muy bien a los cambios durante el viaje en la montaña, mentalmente fue un poco difícil porque a mí me gusta ser independiente. En cambio, ese día me cargaban o estaba sentada con otras personas que nunca había conocido había tenerles confianza con el reto de llegar a la cima.
¿Tienes un destino pendiente por visitar?
Hasta ahora no quisiera ir a otra montaña, estuve en Francia hace dos semanas. Conocí el Mount Blanc en los Alpes de Francia, lindísimo. Es un sueño cumplido, me gustan mucho las montañas, se respira diferente, pero por ahora, no, porque deseo terminar de conocer las siete maravillas del mundo y tal vez escribir un libro basado en las experiencias vividas durante los viajes. Las montañas son paz, es conectarse contigo, mucha paz y sabiduría con Dios, la vida es más tranquila. A mi me encantaría, vivir en una casa frente a las montañas.
¿Te gustan los deportes?
De niña me gustaba el básquet, el soccer en el colegio. Después de mi accidente, aprendí a esquiar sobre hielo, esquí acuático, jugar hockey con un equipo especial, me encanta probar muchos deportes. Cuando tuve mi accidente, me di cuenta de que hay más actividades de la que uno piensa. Así pude experimentar cosas mucho mejores de lo que yo pensaba, como son los viajes, terminar mi carrera y ser mamá. Yo vivo orgullosa de todo lo que he hecho hasta ahora.
¿Cómo es el apoyo al deportista en los Estados Unidos?
El apoyo para una persona discapacitada es muy bueno en los Estados Unidos. Hay organizaciones que dan apoyo gratis, como el básquetbol, tenis, water ski, monoski, esquí a hielo, ciclismo. Hay apoyo para que entrenes para las Olimpiadas Especiales, dan dinero para que te compres el equipo del deporte en el cual entrenas, y eso fue muy importante para mí, porque el deporte me ayuda mucho a salir adelante, y poder seguir viviendo mi vida.
¿Tienes algún límite con tu discapacidad?
Cuando me ve otra persona sin discapacidad, piensa que uno tiene límites, pero no, los limites están en la cabeza. No puedo correr, no puedo caminar, pero aprendí a realizar cosas diferentes. Yo no me considero como una persona que se siente limitada a nada.
¿Cómo es el apoyo de tu familia hacia ti?
A ellos les encanta, le gusta que viaje por el mundo. A veces me dicen: «No te busques novio porque el día que tengas novio no vas a poder realizar las cosas que haces ahora. Haz lo que tengas que hacer». Y es verdad, porque cuando tienes una pareja tienes que ser atento, complacerlo. En mi caso, no es así y yo estoy viviendo mi vida.
¿Tienes pensado regresar al Perú?
Estuve en Perú, antes de que iniciara la pandemia. Tengo amigos, familia, cada vez que voy a Perú veo que cada lugar público está funcionando mejor. Me encanta comer la comida peruana, visitar lugares. El lugar que me gusta es el Circuito de Playas.
A pesar de la pandemia, ¿has seguido con tus actividades?
He seguido con mis actividades, vengo de un viaje a España, Italia y Francia para grabar contenido para mis social media. La pandemia no me está atrasando mucho, pero no de mis viajes. Gracias a Dios, estoy bien, mi familia también, hago deportes, y lo más importante es que estoy vacunada.
¿Tienes algún emprendimiento?
Tengo el negocio de mis polos ‘The Brave Woman Shop‘, soy influencer y durante el año pasado gracias a las empresas que me apoyan con su publicidad pudimos donar 100 canastas a personas con discapacidad en Venezuela, India y Perú. En Ica, Perú donamos 50 canastas para apoyar a niños con discapacidad y en la India pudimos comprar una silla de ruedas para una niña con parálisis cerebral.
Te has dedicado a la responsabilidad social…
Al llegar a los Estados Unidos, no tenía un equipo médico. Yo sé qué es tener una discapacidad, no tener el apoyo de tu gente para seguir adelante. Hay personas que viven con muy poquito y recuerdo el primer año de mi accidente cuando me ponía pensar para apoyar a personas que tienen lo mismo que yo, con una canasta de comida para Navidad.