Vivimos en un mundo que cada día luce más contaminado y el reflejo de esto, son los 70 millones de barriles de petróleo que se usan aproximadamente para el proceso de confección de ropa en el planeta, los cuales tardan 200 años en descomponerse, según la revista de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Ante ello, son los pequeños emprendimientos como ‘Huevos y Jamón’ quienes buscan fomentar un cambio por más mínimo que sea en las personas.
La empresa que tiene a su cabeza a Jeny Villantoy, está basada en la venta de ropa de segunda mano. En la actualidad, su tienda es virtual, por las redes sociales, en donde cada tres veces por semana se actualizan las prendas y “vuelan” ante la desesperación de los “jamoncitos”, como ella llama a sus clientes.
Jeny, al igual que muchos, sufrió durante la pandemia, y aunque ella pensó que la situación más difícil que le tocó vivir fue el encierro que causó la Covid-19, la pelea llegó por otro lado. Su madre se enfermó y en su desesperación por ayudarla se endeudó, pero con la ayuda de personas solidarias logró salir adelante.
«Hace un año operaron de emergencia a mi mamá, en plena pandemia, se enfermó del apéndice. Y entonces fue horrible, porque imagínate endeudarte por casi 7 mil soles en pandemia, fue horrible. Tuve que pasar por todos sus estudios, la operación, la tomografía y estaba muerta de miedo. ¿De dónde voy a sacar?» comentó, Jeny.
¿Qué hiciste en esos momentos?
Richard, mi novio, me apoyó bastante, él asumió casi la mayoría de la deuda, y yo felizmente tenía unos ahorros, pero aun así no me alcanzaba, entonces tuve que utilizar préstamos y ya no sabía cómo hacer para pagarla y decidí hacer una rifa en la página.
Yo solamente iba a dar dos premios, porque era lo que podía dar, de mi página una gift card de 100 y una de 50 soles. El número estaría a 5 soles para poder tratar de mover un poco, al final la rifa sumó trece premios.
¿Cómo pasó de dos a trece premios?
Todas las personas que se ofrecieron eran de Clósets de otras tiendas que a muchas de ellas ni siquiera las conocía, pero me escribían. Me decían: «Oye veo tu rifa y yo te quiero dar esto», «yo te puedo dar dos libretas», «te puedo dar una bufanda». Una chica que tenía un negocio de medias me dio seis pares de medias, para rifarlo.
De verdad se unió demasiada gente. Habían algunas que nunca habían comprado en la página y decían: «Hola ¿Qué tal? Esperó que estés bien, te colaboró con un número». Hubo una cliente que me pagó por cinco números, pero no los tomó, me dijo: «ten ese dinero, esos números que otra personita los tenga, yo te quiero apoyar».
Cada día que pasaba y me escribían yo lloraba de la emoción, porque gente que no conocía en persona me estaba apoyando sin ninguna esperanza de retribución, era simplemente: Quiero que veas que yo estoy aquí.
Su deseo era apoyar…
Sí y fue hermoso, me emociono cada vez que lo recuerdo porque es que nunca había sentido tanto apoyo de personas que ni siquiera me conocen, pero aun así, en cierto modo, sintieron que me conocían y sintieron que podían ayudarme y fue… siempre va a ser un recuerdo que voy a tener muy presente en mi mente, y por eso es que me esfuerzo cada vez más por la página, por brindarles siempre lo mejor a ellas, porque sé que se lo merecen, son increíbles.
Recientemente mencionaste a tu madre ¿Fue ella la persona que te inculcó el uso de la ropa de segunda mano?
Mi mamá es madre soltera, se separó de mi papá cuando yo tenía solo seis años. Ella siempre nos enseñó a valorar cuando nos llegaba algo, porque aunque ya esté usado, es nuevo para nosotros. Entonces crecimos con esta idea mi hermano y yo, de que mientras lo puedas usar, mientras que esté bien, no hay ningún problema. No solamente con ropa, sino también con zapatos o quizás útiles escolares.
¿Cómo nació Huevos y Jamón?
Se debió a un problema de salud. Yo siempre quise tener un negocio que ayudará al medio ambiente, y veía en estos programas estadounidenses acerca de subastas de contenedores, maletas o cosas por el estilo, ropa muy bonita de segunda y entonces era como una idea que siempre quise implementar acá en Perú. Así descubrí que ya existían tiendas y se dio, empezamos con Huevos y Jamón.
¿Quiénes fueron las personas que te acompañaron en el inicio?
Empecé con mi novio. Mi mamá fue la que me ayudó a conseguir los lugares donde vendían y mi hermano a poder manejar el Excel y todo lo referente al sistema para controlar las ventas y todo ello.
Cuando decidiste emprender, ¿Hubo personas que rechazaran el hecho de que la ropa era de segunda mano?
Tuve un encuentro con un conocido cercano que me hizo el pedido de un abrigo. Me esforcé muchísimo por conseguirlo, y pues nada luego se enteró que era de segunda y me rechazó horrible la prenda. No me dolió tanto que la rechazara, sino que sea una persona cercana. Como ya estaba iniciando con el emprendimiento, se sintió bien feo que alguien supuestamente cercano a ti menosprecie tu trabajo. Aun habiendo gente desconocida, que le encanta lo que tu encuentras, entonces fue como un choque, pero necesario para entender.
¿Por qué el nombre Huevos y Jamón?
Cuando nosotros iniciamos no sabíamos qué nombre ponerle, lo que sí teníamos en claro era que tenía que ser uno llamativo y fácil de recordar. Así que con Richard un día estábamos en el carro y empezamos a hablar y me dijo: Si le ponemos Huevos y Jamón, por la fábula entre la gallina y el chanchito, porque estás involucrada realmente con hacer algo diferente.
De ahí también viene el nombre que le pusimos a nuestra comunidad “jamoncitos”, porque son personas que realmente están comprometidas con un cambio, por eso hacen pequeñas cosas como comprar ropa de segunda mano, reciclar o ser conscientes de su entorno. Son pequeños actos que te empiezan a dar un compromiso con el medio ambiente.
¿Cómo te afectó a ti y a la empresa los primeros meses de la pandemia?
Sentí mucho miedo, porque Huevos y Jamón era mi único ingreso. Yo me hago cargo de mi casa y pensé: Dios, las ventas van a bajar, la gente se va asustar, ahora que vamos a hacer, si no hay ventas no va a haber un plato de comida en la mesa. Y en realidad fue lo contrario, no fue un boom explosivo de clientes, pero las ventas se mantuvieron porque muchas de las personas que no sabían comprar por internet, tuvieron que aprender porque las tiendas de ropa estaban cerradas, porque no eran de primera necesidad.
¿Cada cuánto tiempo actualizas las redes sociales? y ¿Cómo es la acogida por parte de tus seguidores?
Nosotros actualizamos tres veces por semana, martes, jueves y viernes a las ocho de la noche. Y en promedio se publican 20 o 30 prendas por día.
Al inicio, cuando Huevos y Jamón tenía un año más o menos, cada actualización recibía por lo menos 80 o 90 mensajes, publicando solamente 20 prendas. Por ello, trato de crear mi propio sistema para responder los mensajes y no tener errores. Felizmente hasta ahora no hemos tenido ninguno y el sistema me ha funcionado muy bien.
¿Cómo es el proceso de compra de la ropa de segunda mano?
Un día de compra de mercadería es un recorrido total. La gente a veces suele creer eso, de que simplemente llegas a un lugar con un montón de ropa de segunda y tú agarras lo primero y ya está. No, realmente trabajar en esto súper difícil, porque o bien te arriesgas comprando un lote entero pero puede que el 80 o 90% de lo que esté ahí no sea lo que tu público objetivo desea o que esté en mal estado, porque normalmente te lo venden cerrado.
¿Quién es tu público objetivo?
Huevos y Jamón está orientado hacia personas que les interesa el medio ambiente, normalmente son adolescentes o jóvenes adultos, entre 16 y 25 años o 30 máximo, que les gusta la moda, pero de una manera consciente sin contribuir tanto al fast fashion.
¿Cuál sería el balance que podrías hacer de cómo era tu vida antes y después de fundada tu empresa?
Di una vuelta de 180 grados. Antes vivía sumamente estresada por cumplir métricas, por estar en el tráfico durante horas para llegar a mi centro de trabajo, por ver cómo voy a llegar a mi casa en la noche, por el pasaje que me iba a gastar por ir todos los días. A simplemente estar en mi casa, estresada, pero en mi emprendimiento, viéndolo crecer.
¿Qué sientes cada vez que haces una entrega?
Es lo que más amo de la venta, cuando les llega a las clientas, cuando me envían sus mensajitos diciendo: «ya recibí la prenda me encanta», «muchas gracias» o «qué hermosa la prenda», «qué bien cuidada está», «no esperaba esta calidad», «qué amable» o «gracias por los dulcecitos».
¿Cuál es tu mensaje para quienes buscan empezar un emprendimiento?
Háganlo, no tengan miedo. Es un camino estresante, un poco largo, pero cuando empieces a ver los frutos de tu emprendimiento, de tu empresa. No hay sensación más bonita que ver cómo que lo estás logrando y lo que me ha mí me detenía mucho fue ese miedo a qué voy a hacer.
¿Qué significa para ti Huevos y Jamón?
Huevos y Jamón para mí significa familia, comunidad, amor. No es simplemente un emprendimiento, es una comunidad. Al menos eso pude sentir con la experiencia que te comento.
¿Qué le dirías a los “jamoncitos”?
Gracias, mil gracias. Porque el 99% de ellos son personas súper respetuosas, amables, felices. Sé que cada persona tiene sus problemas, pero siempre entienden que porque tengas un mal día no significa que los otros tengan que percibir eso o desquitarse con alguien más, siempre son muy amables, pendientes de la página y pues gracias por eso.