Hugh Jackman, el reconocido actor australiano, reveló detalles sobre su estricta dieta de 6 000 calorías diarias, la cual siguió para lograr el impresionante físico que mostró en ‘Deadpool y Wolverine‘. A sus 55 años, Jackman llevó su nutrición al siguiente nivel para cumplir con los exigentes requisitos de su papel como el icónico mutante Wolverine.
¿En qué consistía la dieta de Hugh Jackman?
Para obtener el cuerpo musculoso y definido que se necesitaba, Jackman adoptó un régimen alimenticio basado en alimentos específicos, cuidadosamente seleccionados para maximizar la ganancia muscular y mantener un bajo porcentaje de grasa corporal. Su dieta diaria consistió en:
- Pollo: Fuente primaria de proteínas magras, esencial para la construcción y reparación de tejidos musculares. El pollo es bajo en grasa y alto en proteínas, proporcionando los nutrientes necesarios para un crecimiento muscular óptimo.
- Tilapia: Un pescado magro rico en proteínas y bajo en grasas saturadas. La tilapia es una excelente opción para quienes buscan mantener una ingesta elevada de proteínas sin añadir calorías adicionales provenientes de grasas.
- Frijoles: Una fuente de carbohidratos complejos, fibra y proteínas vegetales. Los frijoles ayudan a mantener niveles estables de energía y aportan nutrientes esenciales para la recuperación y el rendimiento físico.
La dieta de Jackman no solo se centraba en consumir una gran cantidad de calorías, sino en asegurar que esas calorías provinieran de fuentes nutritivas y efectivas. Esta estrategia permite una nutrición balanceada que apoya tanto la ganancia muscular como la recuperación. El consumo de alimentos ricos en proteínas combinado con carbohidratos ayuda a mantener el equilibrio energético necesario para entrenamientos intensivos y el desarrollo muscular.
Una dieta con disciplina
El compromiso con esta dieta rigurosa destaca la importancia de una planificación nutricional adecuada para alcanzar objetivos físicos específicos. La preparación de comidas, como la que Jackman compartió en redes sociales, incluye el uso de contenedores etiquetados para garantizar el consumo exacto de macronutrientes. Esta metodología no solo asegura la ingesta adecuada, sino que también facilita el seguimiento de un plan alimenticio detallado.