Jhovan Tomasevich conversó con el humorista Carlos Orozco y relató una historia que sorprendió a sus seguidores. El artista narró una ocasión en la que fue a un centro de masajes, pero el servicio terminó siendo algo totalmente diferente a lo que él esperaba.
Jhovan asegura que un amigo suyo, con el cual entrenaba en el gimnasio, le recomendó asistir al centro de masajes que quedaba al frente del establecimiento donde se ejercitaban. Tomasevich ingresó al local y pidió ser atendido por la masajista “que tenga más fuerza en las manos y los brazos, porque quiero que me destruya”.
El artista narra que se quitó la ropa y se recostó boca abajo, esperando recibir un reconfortante masaje. “De pronto siento un contacto de piel en la espalda, específicamente en el trasero y pensé que pasaba algo raro”, asegura.
Al ser cuestionado por Orozco sobre la belleza de la masajista, Jhovan confiesa que no le prestó atención a ese detalle, pues él solo deseaba recibir el masaje. “Cuando giro, la chica estaba desnuda, encima de mi trasero”, cuenta el artista.
Tomasevich cuenta que, al hacerle unas preguntas a la señorita, entendió que el servicio que estaba solicitando no se trataba de masajes solamente. “Le dije que no se preocupe, me vestí, me paré y me fui”, comenta.
La policía intervino el establecimiento
“Mira la suerte que tuve. Salí y comencé a cruzar la calle para reclamarle a mi amigo por recomendarme asistir a ese lugar. Cuando estaba cruzando, llegaba la camioneta de serenazgo y comenzó a llevarse a todos los que estaban a dentro. Estuve a punto de ser arrestado”, contó Jhovan.
El artista ríe, pensando en la suerte que tuvo, pues de haberse quedado en el lugar y haber sido intervenido por la policía, la prensa habría hecho una mala publicidad sobre él, que seguramente habría perjudicado su carrera.