Las altas temperaturas pueden favorecer la proliferación de microorganismos en los alimentos, lo que aumenta el riesgo de intoxicaciones si no se manipulan correctamente. Juan José Quispe Mejía, especialista del Centro Nacional de Alimentación, Nutrición y Vida Saludable del Instituto Nacional de Salud (INS), advierte que, aunque la refrigeración ayuda a prolongar la vida útil de los alimentos, no los mantiene libres de patógenos.
Cómo almacenar los alimentos correctamente
Para reducir el riesgo de contaminación, los alimentos cocinados deben colocarse en la parte superior de la refrigeradora, debajo del congelador, y no almacenarse por más de tres o cuatro días. En el congelador, los productos frescos, como carnes y pescados, deben ir al fondo, mientras que los de mayor tiempo de almacenamiento deben ubicarse adelante. Además, es importante no sobrecargar la refrigeradora para evitar obstruir la circulación del aire frío, lo que podría generar temperaturas inadecuadas y facilitar el desarrollo de microorganismos.
El biólogo recomienda utilizar recipientes de vidrio en lugar de plástico, ya que estos últimos pueden transferir olores o sustancias no deseadas a los alimentos. También señala que no se debe colocar directamente la olla dentro del refrigerador, ya que esto podría alterar la temperatura interna del equipo y comprometer la conservación de los demás productos almacenados.
Consejos para un recalentamiento seguro
Respecto al recalentamiento, Quispe Mejía sugiere emplear el microondas en etapas, removiendo los alimentos entre intervalos para asegurar una distribución uniforme del calor. Asimismo, destaca la importancia de verificar que los recipientes sean aptos para microondas y de mantener una adecuada higiene de manos antes de manipular los alimentos para evitar cualquier tipo de contaminación.
Por último, recomienda organizar los alimentos según su tiempo de consumo, ubicando los de consumo inmediato en la parte delantera y los que requieren mayor tiempo de almacenamiento, atrás. De esta manera, se minimizan los riesgos de consumir productos en mal estado y se optimiza el uso de la refrigeradora.