La respiración adecuada durante el ejercicio es necesaria para optimizar el rendimiento y garantizar una experiencia física segura y efectiva. Al inhalar y exhalar de manera controlada y profunda, el cuerpo puede recibir un suministro óptimo de oxígeno, fundamental para alimentar los músculos durante las actividades.
Cuando pasamos mucho tiempo en una habitación con poca ventilación, experimentamos cansancio y distracción crecientes. De manera similar, los músculos necesitan oxigenarse para funcionar adecuadamente y evitar fatigarse rápidamente.
¿Cuáles son las reglas básicas?
Emplea una respiración profunda y tranquila durante el esfuerzo, independientemente de la carga. Para acostumbrarte, puedes optar por realizar ejercicios de respiración profunda durante los ejercicios de fuerza: inhala profundamente y exhala lentamente incluso en reposo. De esta manera, entrenarás todos los músculos implicados en la respiración y luego podrás aplicar esta técnica durante el entrenamiento.
Usa la respiración abdominal. Además de oxigenar mejor el cuerpo, la respiración desde el abdomen requiere menos energía que la respiración torácica y clavicular. También, reduce la presión arterial y favorece la digestión.
¿Cómo respirar paso a paso si eres principiante?
Para comenzar, es necesario acostarse en el suelo mirando hacia arriba y con las piernas dobladas. Las manos deberán posicionarse de manera específica para tomar conciencia del movimiento que realiza nuestro cuerpo al respirar adecuadamente.
El fin es inhalar en tres tiempos y exhalar en seis, justo el doble de tiempo. Durante todo el procedimiento, se empleará el abdomen y se debe procurar hacerlo en un rango de 360 grados, es decir, se debe evitar inhalar solo en la región central. Al empezar puede resultar complicado, pero con el tiempo el cuerpo y la mente adquirirán conciencia de la forma correcta de respirar.
Recomendaciones para controlar la respiración deportiva:
Prioriza la respiración que mejor se adapte al deporte practicado.
Establece un ritmo con el que puedas mantener una respiración apropiada. Después, inicia tus sesiones de entrenamiento de manera gradual, y avanza de forma progresiva para evitar la hiperventilación.
Ten en mente exhalar cuando la exigencia del ejercicio sea mayor. Por ejemplo, en los entrenamientos de fuerza, intenta sincronizar tu respiración con los momentos de pausa o descanso. Esto te asegurará el suministro de oxígeno necesario cuando los músculos estén sometidos a un esfuerzo intenso.
No descuides la postura durante la práctica deportiva. Perfeccionar la técnica es más importante que intentar aumentar la intensidad o la carga física. Una postura adecuada durante el entrenamiento facilitará la entrada de aire en tus pulmones. Prefiere entornos al aire libre y con luz natural.