El inicio del año escolar no solo trae emoción y nuevos aprendizajes, sino también la responsabilidad de cuidar la salud infantil. La Dra. Melissa Montesinos, subgerente de Salud y Bienestar de Pacífico Salud, enfatiza la importancia de adoptar medidas preventivas para proteger a los niños y garantizar un buen rendimiento académico.
Para evitar problemas de salud que puedan afectar el desarrollo de los niños, es fundamental que padres y cuidadores refuercen hábitos saludables desde el inicio del año escolar. Un adecuado control médico, una alimentación balanceada y una rutina de sueño estable contribuyen significativamente a su bienestar físico y emocional. Además, la prevención de enfermedades contagiosas en entornos escolares debe ser una prioridad.
Para un regreso a clases seguro y saludable, los especialistas recomiendan:
- Vacunación al día: Revisar la cartilla de vacunación y completar las dosis necesarias protege a los niños de enfermedades prevenibles
- Chequeos médicos preventivos: Una consulta pediátrica anual permite detectar afecciones a tiempo. También se recomienda un hemograma, evaluación oftalmológica y revisión odontológica.
- Alimentación equilibrada: Consumir frutas, verduras, proteínas y cereales integrales mejora el desarrollo físico y cognitivo. Es importante evitar el exceso de azúcar y alimentos ultraprocesados.
- Hábitos de sueño saludables: Dormir entre 8 y 10 horas diarias favorece la memoria y el aprendizaje. Establecer rutinas de descanso evita fatiga y estrés.
- Higiene: El lavado frecuente de manos previene enfermedades, cepillado de dientes y otras prácticas de higiene ayuda a prevenir enfermedades contagiosa.

La importancia de la actividad física en los niños
El ejercicio regular es fundamental para el desarrollo físico y mental de los niños. La práctica de deportes, juegos al aire libre o actividad física recreativa contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la coordinación motriz y reducir el riesgo de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Además, el movimiento favorece la liberación de endorfinas, lo que ayuda a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Incluir la actividad física en la rutina diaria no solo potencia el bienestar físico, sino que también impacta positivamente en el rendimiento académico. Diversos estudios han demostrado que los niños que realizan ejercicio regularmente tienen mayor capacidad de concentración, mejor memoria y menor nivel de ansiedad. Por ello, es recomendable que realicen al menos una hora de actividad física al día, ya sea en la escuela o en casa, para garantizar un desarrollo integral.
Fomentar hábitos saludables desde el inicio del año escolar es clave para el bienestar de los niños. Con una alimentación equilibrada, chequeos médicos, vacunación, descanso adecuado y actividad física regular, se puede prevenir enfermedades y mejorar su rendimiento académico. Un regreso a clases saludable es el primer paso para un año exitoso.