La libertad y la responsabilidad son dos valores fundamentales en la formación de un niño, más cuando se trata del rendimiento estudiantil. Estos dos valores están asociados con la autonomía, una facultad que le permitirá a los niños enfrentar las exigencias educativas del mundo actual.
Según Ricardo Zevallos, especialista de Ediciones Corefo, “la autonomía no solo les permite valerse por sí mismos para desenvolverse en su entorno sino que también les da la capacidad de ser responsables a nivel personal y social. Un niño autónomo asume la responsabilidad de sus actos y acata las consecuencias de sus propias decisiones”.
La autonomía cobra más relevancia durante esta coyuntura, donde las clases virtuales parecen no acabar prontamente. Esta situación demanda que el estudiante tenga mayor responsabilidad y adaptación a los tiempos modernos.
A continuación, cuatro recomendaciones para mejorar la autonomía del niño.
1. Labores de acuerdo a su edad
La autonomía debe fomentarse desde temprana edad. Por un lado, un niño de primaria puede desarrollar tareas como ocuparse de su higiene, arreglar su ropa o limpiar su habitación. Por otro lado, un adolescente de secundaria tendrá que organizar su horario, elaborar técnicas propias de estudio e ir buscando una carrera universitaria.
2. Competencias interpersonales
Las habilidades blandas son tan importantes como los conocimientos logrados. Una persona adulta autónoma se encarga de respetar a los demás, reconoce la libre expresión, expone empatía y es organizado. Todas estas virtudes originadas desde temprana, serán útiles por el resto de nuestras vidas.
3. Distintos intereses
Desarrollar actividades complementarias al colegio, es una gran alternativa para que el niño empiece a organizar su tiempo. Además, podrán adquirir cualidades útiles para el futuro. Si bien aprender un nuevo idioma o adentrarse en un curso de programación son buenas alternativas, también puede ingresar a los deportes o la música como forma de recreación y aprendizaje.
4. Tareas básicas
Cualquier niño puede llevar a cabo tareas básicas del hogar como barrer, lavar platos, limpiar o, incluso, preparar postres simples. De esta forma, cuando se independice no dependerá de otras personas para realizar estas tareas. Por último, estas acciones desde temprana edad, también lo ayudarán a trabajar una personalidad férrea.