En el invierno peruano, con noches húmedas y mañanas frescas, abrigar bien a tu mascota es clave para evitar enfermedades. Racional y funcional, el abrigo debe ajustarse a su tamaño, tipo de pelaje y condiciones geográficas. Desde la elección de telas hasta la frecuencia de uso, cada decisión influye en su bienestar. Aquí te explicamos cómo hacerlo correctamente.
¿Por qué y cuándo vestir a tu mascota?
El clima costero o de sierra húmeda puede provocar temblores, resfríos o malestar articular en perros pequeños, mayores o de pelaje fino. Razas como el chihuahua, pinscher miniatura, pug, yorkshire terrier o el shih tzu son especialmente vulnerables a las bajas temperaturas por su contextura y escaso abrigo natural. En Perú, mantenerlos fuera del frío evita hipotermia o exacerbación de artritis. Los paseos en la madrugada o en zonas expuestas requieren abrigo pensado para cada raza y situación.
Al momento de escoger prendas para nuestros engreídos, se debe seleccionar materiales suaves, cálidos y transpirables, como algodón, lana o polar. En días con humedad o llovizna, un cortavientos o impermeable con forro polar protege contra el viento y la humedad. Evita sintéticos rígidos que posiblemente irriten la piel y disminuyan la ventilación.

Diseño y ajuste del abrigo
La prenda debe cubrir desde el cuello hasta la base de la cola y ajustarse sin comprimir ni limitar el movimiento. Los abrigos tipo chaqueta protegen el vientre, mientras que las mantas son ideales para razas de patas altas. Las costuras deben estar bien acabadas y los cierres (velcro, broches, hebillas) colocarse en zonas seguras y cómodas, sin rozaduras.
Aunque el perro sin pelo del Perú tiene piel caliente por genética, está expuesto a humedad y frío. Una prenda ligera de algodón o polar durante salidas en Lima o Trujillo brinda confort. Además, aplicar cremas hidratantes específicas protege su piel sensible y previene irritaciones o resequedad por cambios climáticos.

¿Cómo introducir al perro al abrigo?
Empieza usando la prenda en casa, sin presión, y premiándolo para que asocie una experiencia positiva. Aumenta gradualmente su uso durante paseos fríos. Observa si se sacude la ropa o parece incómodo; en ese caso, ajusta el tamaño o considera otro modelo. El objetivo es que el abrigo sea una herramienta de protección, no un obstáculo.
Cuidado y mantenimiento de las prendas
Lava las prendas según el material, generalmente a 30 °C o según etiqueta. Revisa la integridad del forro, costuras y zonas reflectantes. Sécalas bien antes de ponérselas y no las utilices si están húmedas; esto puede provocar enfriamiento accidental. Aprovecha también para hidratar almohadillas y piel tras salidas bajo lluvia o rocío.