En la actualidad, Diego Avendaño se ha convertido en uno de los caricaturistas políticos más importantes de los últimos tiempos. Siempre fue un adelantado a su época y empezó a publicar sus trabajos con la llegada del siglo XXI en un blog.
Estudió la carrera de Comunicaciones, fue redactor y ahora está más apegado al lado publicitario. Tiene su propia página web, alguna vez hizo de editor periodístico y de libros, puesto que tiene una especialidad en ello. Además durante una etapa de su vida realizó Stand-up comedy.
Es una persona que en el pasado siempre se preocupó por estar preparado. Fue así como obtuvo su máster al estudiar en un programa de la UPC que le dio la opción de titulación con la Universidad de Salamanca en España; y como todo buen caricaturista, aunque suene obvio, le gusta dibujar.
Ingreso a la universidad
Cuando le preguntas a Diego Avendaño, por qué estudio Periodismo, te dice: “es una pregunta complicada la verdad”. Diego salió a los 16 años del colegio y como todos, pasó por esa etapa de la vida en la que no tenía muy claro que hacer. Entró a estudiar Psicología en la Universidad Católica porque le pedían marcar una especialidad para poder dar el examen de admisión.
“Yo postulé a la universidad y tenía que marcar una especialidad, marqué e inicialmente ingresé para estudiar Psicología, afortunadamente en la Católica hay un periodo que son como dos años de estudios generales, que te sirven para conocer un montón sobre otras especialidades y esto te da muchas opciones”, señala.
A él siempre le ha gustado las comunicaciones; “cuando era adolescente, era como digamos que ahora digas quiero ser influencer. Era lo que a mucha gente nos llamaba la atención, nos gustaba, nos parecía que se podían hacer cosas muy chéveres.”
Pero claro, como todo, tenía sus pros y sus contras. Por un lado la familia le preguntaba “¿De qué vas a vivir? ¿Qué vas hacer?”. Además cargaba sobre sus hombros el peso de ser uno de los primeros de la «segunda generación» familiar en acabar la universidad.
“Creo que en mi familia, por el lado de mi papá, debo ser, digamos hacia arriba, la segunda persona que estuvo en la universidad. Por el lado de mi mamá, probablemente la primera” comenta Diego.
Cambio de carrera
Terminó en una especie de negociación con ellos para poder cambiarse de carrera. Recuerda que para su papá la ideal del momento por esos años, fines de los noventa, era la de Informática, ya que, está estaba en su máximo apogeo. Su mamá, por otro lado, quería que se fuera por la rama de Economía, pero al final, entre una negociación y otra, terminó postulando para Psicología.
“Terminé postulando a Psicología y cuando ya me faltaba un ciclo para pasar a facultad, me cambié a Comunicaciones. Para mí en verdad el cambio no era muy importante, o sea, yo lo solté como un comentario a mi mamá y me dijo: ‘¿Has hablado con tu papá sobre esto?’” dice Diego, quien también quiso estudiar Literatura.
Y es así que hace un mea culpa: “Ahora, más de 20 años después, digo: si tuvieses un hijo que está estudiando A y luego B, sí deberías de estar enterado. Probablemente si hubiera querido estudiar arte, habría pasado lo mismo, que también era algo que me gustaba pero que en verdad nunca figuró en mis opciones”, acota.
Dejando dentro de todo una frase para la reflexión; “No necesariamente estudiar en una universidad te asegura que vas a ser feliz o que vas a lograr los ingresos que quieres o que te vas a sentir realizado profesionalmente”.
Gusto por las caricaturas
Avendaño empezó a mostrar su gusto por las caricaturas a una edad más madura, debido a su afición por innovar y probar nuevas áreas. Desde ese momento, probó distintas técnicas y talleres.
“Como periodista entrevisté a algunos y les preguntas: ¿Cuándo comenzaste a dibujar? Y ellos más bien te devuelven las preguntas: ¿Cuándo dejaste de dibujar? Porque desde niño tú siempre dibujaste. Quizá la primera travesura que haces es rayar la pared o pintar con crayolas y comienzas con eso. Haces arte rupestre a tu casa”, señala Diego.
Fue alrededor de los 30 años, cuando él comenzó a innovar . Participó de varios talleres de: historietas, acuarelas, personajes; y cerca de ello ya había realizado Stand-up comedy.
Inicios en el Stand-up
Sus inicios dentro de este formato que se ha puesto tan de moda últimamente, pasa por el trato que maneja con sus padres. “Con mi papá siempre teníamos una relación así, entonces nos bromeábamos bastante y siempre atendíamos a estos juegos de palabras, juegos absurdos. Entonces. yo creo que es algo que ya tenía metido en el chip”, explicó.
Diego llegó a participar hasta de un campeonato. Sin embargo, a él siempre se le dificultó el tema de la interacción con el público, porque no le gusta faltarles el respeto de alguna u otra manera.
“A mí me cuestan mucho estas bromas que hacen muchos comediantes de jugarte con el público, porque a veces podría llegar a improvisar y por llegar a la cosa rápido, podría llegar a faltar el respeto. Yo siempre trato de ser bastante respetuoso con la gente que interactuó”, comenta.
Relación del Stand-up con las caricaturas
Antes de entrar a ese mundo, Diego, ya había hecho videos en Vine, que era un formato de 6 segundos o colgaba algunos en YouTube, que como el mismo dice “eran de mala calidad”.
Su formación en el Stand-up, le ayudó para poder entender cómo es que funciona el humor. Los recursos que vas teniendo, las cosas que vas identificando, fórmulas, entre otros.
“Yo creo que el Stand-up me dio un montón de capacidad para entender un poco más al escribir, porque todo parte de un texto. Cuando haces una caricatura a veces también tienes que entender cómo te van a leer”, señala.
Primeras caricaturas
Uno de los primeros trabajos que realizó fue una serie llamada ‘Diego Man’. La cual consistía en un alter ego y era básicamente con tapa y situaciones diferentes en donde el personaje siempre pierde al final. En otras ocasiones hacía de situaciones románticas.
Continuó su proceso con dibujos de personas con narices enormes, “Lo de Lorem Ipsum es parte de un taller que hice sobre personajes, entonces algunas de las cosas que aprendí eran de características, formas no convencionales de dibujar”, comenta.
Pero eso no era todo, el graficar a este personaje tan particular tenía otro motivo, y era que él tenía un problema de personalidad. Por lo que de una u otra manera, en aquel gráfico terminó por reflejar sus inseguridades. Luego sacó una publicación impresa, pero después no siguió más, hubo algo que lo detuvo.
Ahora se encuentra desarrollando caricatura política. “Como siempre, igual que en el amor, espero que sea para siempre, espero que sea algo que me siga acompañando, pero no sé, pues de repente mañana descubro que quiero hacer alguna otra cosa, que quiero de repente dibujar con otro estilo, que quiero hacer cerámica. Uno nunca sabe por dónde te lleva la vida”, explica Diego.
Publicación de sus trabajos
Diego Avendaño se define como “desvergonzado” puesto que nunca le dio pena mostrar su trabajo, por lo que lo hace desde hace años. Y cuando está en pleno proceso, lo comparte solo con personas cercanas para para recibir consejos.
“Gente muy cercana, amigos muy cercanos. A veces lo que he hecho ha sido más bien testear; “oye, ¿entiendes esto de acá?”, “¿entiendes tal referencia?”. A veces siento la necesidad de ser un poco más explícito”, señala. Aunque vale mencionar que a él no le gusta ser tan explícito en sus dibujos.
Personaje que más le ha costado dibujar
“Todos, en verdad. Como te digo yo no tengo formación académica de anatomía, entonces lo que pasa es que estoy tratando cada vez de calcar menos. Hay una forma de dibujar en la que tú puedes agarrar una foto y le pones una capa encima y por esa comienzas a reproducir las facciones, yo trato de no hacerlo”, comenta.
Diego es de esos artistas a los que no le gusta hacer retratos, porque manifiesta que a los seres humanos nos cuesta aceptarnos tal y como somos. Por lo que nos pone un ejemplo, desde su experiencia personal: “Cuando yo me dibujo, a veces hay gente que me dice: ‘Oye, tu nariz no es tan grande o me dicen oye no tienes tanta frente’”.
Cuando se mete en el mundo del dibujo no calcula las horas: “Siempre suelto cifras, pero en verdad me las invento», explica Diego, quien además señala que a veces sufre en poder encontrar el dibujo ideal ; «me paso demasiado tiempo, he dado demasiados intentos y no aparece el personaje”
La separación del humor “negro”
Es de las personas que le molesta mucho cuando el humor es fácil. Hace hincapié en que hemos crecido dentro una sociedad en la que se veían programas como ‘Risas y Salsas’ o ‘La Paisana Jacinta’; en donde siempre el chiste es sobre la discriminación.
Sin embargo, manifiesta que estas mal llamadas ‘generaciones de cristal’ son las que han entendido mejor las cosas, ya que, “tú puedes hacer humor sin tener que burlarte”, marcando la diferencia entre uno y otro.
“No puedes hacer una caricatura de una persona por su lugar de origen y no puedes reducir a un grupo de personas a unas características negativas. Entonces para mí, en ese caso no es humor negro, es un humor fácil y el humor fácil nuevamente es tan fácil que no requiere de mucho esfuerzo”, explica.
Creación de los textos
Se toma su tiempo en tomar la decisión de qué diálogo le va a dar a cada personaje. Por ejemplo, siempre busca que cuando se trate de una actitud positiva, sea una mujer de un tono de piel más oscuro del habitual.
No es una persona que se adjudique etiquetas, puesto que prefiere mostrar su «activismo» a través de sus trabajos. Su disyuntiva a la hora de dibujar siempre pasa por ¿Cómo es que lo va a tomar la gente o sus seguidores?
“Una vez tenía quería hacer una tira sobre ladrones y ¿Cómo hago el ladrón? Por lo general cuando te lo dibujan de este color (señalando su cara) con una cicatriz, te lo ponen mal vestido; pero hay mucha gente que está mal vestido o con cicatrices o que son de este color y no son delincuentes, entonces la solución fue agarrar el cliché de la persona con el polo a raya con el antifaz”, comenta.
A Diego le gusta innovar, aunque lo piensa mucho antes de hacerlo. Por ejemplo, cuando quiere dibujar a una pareja del mismo sexo, teme cómo es que lo van a interpretar sus seguidores o cuando se trata de dibujar a una persona de color.
“Hace poco puse una caricatura sobre los Carpinchos y la reportera era Afro. Entonces también tuve dudas sobre si iban a entender que el personaje sea Afro no es el chiste sino lo que dice el otro”, enfatiza.
Una vez, también hizo un dibujo del ‘Muro de la Vergüenza’ que fue construido en los años 80 y divide la zona de la Molina con Villa María del Triunfo. La ilustración consistía, en que de un lado una persona era rica, de pelo rubio y blanca. Y del otro estaba alguien que aparecía de espaldas con un tono de piel más oscuro y pelo negro.
Cuando decidió publicar esa imagen alguien le comentó: “¿Por qué siempre los pobres tienen que ser representados así?”. Su respuesta fue la más lógica: “Lamentablemente muchos pobres del país son así.”
Caricaturas y Periodismo
Para él, la caricatura es más un formato y no una categoría. Recalcando de que ahora como sociedad al parecer hemos entendido que no necesariamente todo lo dibujado tiene que ser para niños.
Además, menciona a caricaturistas como Eduardo o Mario Molina, poniendo como ejemplo, de que hacen lo equivalente a una columna de opinión. Asimismo resalta algunas licencias que te puedes dar dentro de este formato.
“Lo bueno es que te permite jugar entre la información y la opinión. Yo creo que detrás de la gráfica o el humor, sí, también hay una carga de labor que tú puedes identificar como periodística como de opinión o como informativa”, explica.
La caricatura del gato
Dentro de toda esta coyuntura política en la que nos encontramos, Diego realizó una caricatura sobre un gato. El cual, como lo explica, es una cita de Abraham Valdelomar en la que dice; “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, El Jirón de la Unión es el Palais Concert, el Palais Concert soy yo.”
El Palais Concert era un punto de reunión para muchos intelectuales de su época. Fue inaugurado en 1913 y estaba ubicado entre la intersección del Jirón de la Unión y la Avenida Emancipación.
Por todo ello, es que el caricaturista peruano decide plasmar en uno de sus trabajos, una adaptación que hizo de aquella frase celebré del poeta peruano, que falleció un 3 de noviembre de 1919.
Fake news y las caricaturas
En la sociedad que vivimos tras las elecciones, este es un tema que se ha puesto de ‘moda’. Sin embargo, para Diego no todo puede caber dentro de una caricatura, porque a través de ellas lo que se hacen son metáforas y estas no siempre son reales. Pone como ejemplo, una que realizó sobre el gesto de desplante que le hizo hace un par de semanas la presidenta del Congreso al primer mandatario, Pedro Castillo.
“¿Qué paso realmente? No es algo que tú y yo podamos saber, más allá de las voladas. Porque son versiones de gente que escuchó o gente que asume qué le dijo, pero no hay una verdad al 100%. Entonces lo que yo trababa más bien ahí era de generar una especie de reflexión sobre la metáfora”, dice.
Dibujo del premier
“Cuando pasó ese problema, lo que hice fue comenzar a retuitear bastante y a publicar en mis historias cosas que decían muchas mujeres. Me parecía importante, sí, sentar una posición. O sea, yo creo que en verdad sí deberíamos sentar posiciones en estos casos donde se presentan injusticias y más aún cuando había este reclamo”, comenta.
Sin embargo, manifiesta su miedo al tomar una posición y hacer un dibujo referente a este, el cual busque generar un impacto en la población. Debido a que teme que sea usado para otros fines y termine en algunos portales de bromas, cuando ese no es su fin.
Planes a futuro
Ya llegando casi al final de la entrevista, Diego nos dice lo siguiente: “Mira, en verdad nunca soy de planificar cosas. Soy pésimo en esas preguntas de entrevistas de chamba, de qué esperas hacer en cinco años. En verdad no sé qué voy hacer hoy día a las cinco de la tarde. No suelo planificar con tanto anticipación.”
Sobre si considera que ha tenido suerte en su trayectoria, el caricaturista habló, explicando que no siempre todo está relacionado con el mérito.
“Muchas veces no entendemos el factor, creemos que todo siempre es 100% merito. Yo sé que dentro de todo, he tenido también mucha suerte: de que mis papás no me hayan mandado al diablo cuando me cambié de carrera, que mis papás me hayan podido pagar una universidad, que no me haya faltado comida y educación”, comenta.
Su mensaje para los demás
Diego Avendaño deja mensajes importantes para los jóvenes que quieran dedicarse a hacer algún tipo de proyecto a futuro.
“¿Quién sabe si hoy leyendo esta entrevista se animan a comenzar a dibujar diez personas? ¿Quién sabe si de repente uno de ellos el próximo año puede estar haciendo las tiras de los medios más conocidos? Puedes ser invitado a estas marcas que tiene muchas intervenciones con artistas”, señala.
“Creo que esos primeros pasos son importantes, para luego ir creciendo en el camino. Nadie nace adulto, todos tenemos un desarrollo y te debe pasar a ti, me pasa a mí cuando te ponen una foto de cuando eras adolescente, una foto de cuando tenías 8 años y no tenías dientes, es parte de ti, no lo puedes negar eso, es parte de crecer”, finaliza.