La gastronomía peruana es un universo de sabores y aromas que ha conquistado paladares alrededor del mundo. Entre sus platos más emblemáticos, no solo destacan los salados, sino también los dulces, como la mazamorra morada, un postre tradicional que se convierte en la estrella de la temporada fría.
Mazamorra morada: tradición peruana
Los historiadores sitúan los antecedentes de la mazamorra en la Antigua Roma y las naciones árabes, donde se preparaba un similar con maíz simple. Sin embargo, la mazamorra morada como la conocemos hoy en día tiene su origen en el Perú prehispánico.
En la época del Incanato, se consumía el «champú», una masa blanda de maíz diluida en agua que, al fermentar, adquiría un color morado y se denominaba «api». Con la llegada de los españoles, se fusionaron las costumbres culinarias, dando lugar a la mazamorra morada actual.
A la receta original del api se agregaron ingredientes autóctonos como el maíz morado, la harina de camote, frutas secas y en compota como guindas, durazno, manzana y membrillo. Este nuevo postre se convirtió en parte esencial de las festividades, especialmente en las procesiones del Señor de los Milagros.
Las monjas y las mujeres afrodescendientes, reconocidas por sus habilidades en la repostería, fueron las principales impulsoras de la mazamorra morada. Su popularidad creció tanto que las «mazamorreras» y «champuceras» se ubicaban en la Plaza de Armas de Lima para vender sus dulces, pregonando sus virtudes por las calles.
Tras la independencia del Perú, la mazamorra morada se consolidó como un postre popular en todo el país, llegando incluso a los estratos sociales más altos.
¿Cómo prepararla?
El maíz morado es el ingrediente principal, aportando su característico color y sabor. Se hierve para extraer su jugo y luego se mezcla con frutas secas, frutas frescas como piña y manzana, especias como clavos de olor y canela, azúcar, limón y, en algunas recetas, batatas o calabaza.
Para espesar la mezcla, se utiliza harina de camote o chuño, disuelta en agua fría. Una vez que la mazamorra alcanza la consistencia deseada, se retira del fuego y se deja enfriar. Se sirve en platos individuales y, opcionalmente, se espolvorea con canela molida.
La mazamorra morada es solo una muestra de la riqueza de la repostería peruana. Otros postres populares incluyen el arroz con leche, el suspiro a la limeña, los picarones, el turrón de Doña Pepa, la crema volteada y los alfajores.