La Semana Santa en Perú no solo es tiempo de reflexión espiritual, sino también de reencuentro con sabores propios de nuestra identidad culinaria. Como es tradición, el consumo de pescado y mariscos se convierte en protagonista durante estos días y por ello, el Ministerio de la Producción (PRODUCE) estima un incremento notable en la demanda de estos productos.
Incremento en el consumo de pescado
Todos los años, se renueva en el pueblo peruano las tradiciones de Semana Santa y ante ello, el Ministerio de la Producción (PRODUCE) ha estimado un incremento notable en la demanda de pescado y mariscos: más de 9 mil toneladas de productos marinos serán vendidos durante este periodo, lo que representa un aumento de casi 5 % respecto al año anterior.
El consumo de pescado durante esta festividad puede llegar a superar en un 55 % al promedio de otras semanas del año. Según Sergio González Guerrero, titular del sector, este comportamiento responde a la profunda tradición culinaria peruana que, durante estas fechas, privilegia el consumo de pescado sobre la carne roja. “Contamos con un mar generoso que nos permite abastecer la creciente demanda de consumidores y mercados”, señaló.
Entre los productos más requeridos por los consumidores resalta el bonito, el jurel, la lisa, la merluza, el pejerrey, el perico y la pota. Estas especies, son altamente solicitadas por su sabor y versatilidad para la elaboración de distintas recetas.
Acceso a precios accesibles
Para garantizar el fácil acceso de la población a productos frescos y saludables, el programa ‘Mi Pescadería‘, en colaboración con PRODUCE y diversas municipalidades, instalará puntos de venta en varias zonas estratégicas. En La Molina, por ejemplo, se ofrecerán pescados, mariscos, conservas y productos hidrobiológicos a precios reducidos en diferentes parques y avenidas concurridas.
En el distrito de Lurín, en Adel programa AA.HH. Santo Domingo de Huarangal, también se colocará un punto del programa Mi Pescadería. Además, se sumará MoliPollo, una iniciativa para ofrecer pollos enteros con menudencias a precios populares. Ambos programas buscan apoyar a las familias peruanas para que puedan celebrar con una mesa abundante sin afectar su economía.
Más allá del fervor religioso, la Semana Santa también se consolida como una oportunidad para revalorizar los recursos marinos del país. El impulso al consumo de pescados y mariscos no solo beneficia a los consumidores, sino también a los pescadores, comerciantes y productores que forman parte de la cadena pesquera.