Transgénicos, una preocupación latente

Ha sido aprobada la moratoria para permitir el ingreso y producción de transgénicos al Perú y aparentemente la discusión en este caso pareciera estar cerrada.

En este sentido no se habla de los productores, no se mencionan y sí, creo que hay que ser respetuosos con quienes están a favor pero esto debe ser discutido por la esfera que conforman aquellos que saben sobre esto.

Como bien lo dice Roberto Ugás, ingeniero agrónomo y docente de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, esto se trata de una discusión que no debemos llevar a cabo nosotros, sino más bien es algo que corresponde a los productores. No se trata de negarse a los avances, para mí sí hay avances pero existen muchos aspectos que deben tomarse en cuenta y no se está haciendo.

Aquí recuerdo una anécdota con Alipio Canahua, ingeniero agrónomo, mientras paseábamos por el Lago Titicaca. Veíamos los cerros del paisaje y se nos presentó la gran debacle.

Alirio me decía: «¿Ves esos cerros? ¿Ves esas líneas?» Se veían todas las líneas de los cultivos y ahí puedes comprobar lo que la tecnología puede hacer, corroborar todas las deficiencias que aún tiene.

La aparente arcaica manera de trabajar la tierra, es en realidad la manera correcta en que debe hacerse. Los agricultores utilizan la chaquitaclla para hacer surcos en la tierra y es la forma tradicional, se hace de este modo desde tiempos remotos, pero ahora utilizan tractores y maquinarias que rompen la tierra y a su vez destruyen esa red de comunicación que existe entre las raíces.

¿Qué ocurre con esto? Que al no tener una buena cosecha o un buen resultado, piensan que la forma tradicional no funciona y empiezan a usar químicos en los cultivos.

Cuando viajas y ves las casitas en donde viven los agricultores y visitas y ves que venden bien sus productos, les va bien y claro, no duermen en un colchón Paraíso, pero no es algo que ellos consideran necesario y te das cuenta que la manera de cultivar tradicionalmente es la adecuada.

Pienso que cuando tienes a una persona que conoce ambos lados, ambas caras de la moneda, te das cuenta de que lo que se ha hecho en el Perú es lo correcto. La manera de cosechar y sembrar ha sido la correcta y por eso tenemos los productos que tenemos.

¿Qué deberían tener los productores? Un apoyo del gobierno, un soporte económico que contribuya a que los productores puedan salir del bache.

No estoy en contra del tema en sí. Siempre he pensado que el Perú es un territorio que tiene dos lados planos, la selva tiene superficie plana en muy poca cantidad, pero la selva tiene muchísimas partes que son impenetrables, aún vírgenes y que sólo permiten sumergirse a investigar.

Mientras que en la costa cuenta con una cantidad considerable de terreno accidentado para el cultivo. En Estados Unidos vemos cómo manejan dimensiones extensas de terreno, mientras que en Perú, para el cultivo podemos encontrarnos con microparcelas, medias hectáreas, como mucho cinco en comparación con Estados Unidos.

Si algo somos nosotros los peruanos es que somos dadores de semillas. El tomate sale de acá, la papa, los aguaymanto, esta fruta es conocidísima en Europa, hasta el mismo sachatomate. El Perú es semillero de otros países, lo que pasa es que muchas veces ignoramos esto.

Entonces, que pretendan que unas empresas quieran vender sus semillas, es querer que los agricultores dependan de estas organizaciones. Y no se trata de un acuerdo libre, se trata de un proceso que se da bajo un contrato, el productor tiene que firmar, es decir que no le da libertad.

Y ¿qué pasa si incumplen el contrato? Pues, así como sucede en Estados Unidos, envían una comisión custodiada que inspeccione los terrenos de los agricultores y si llegan a detectar moléculas de otras semillas, los someten a un juicio e incluso pueden ir a la cárcel. Todo esto porque tenían un contrato que solo les permitía cultivar estas semillas.

¿Por qué pretender vender semillas a los creadores de semillas? No tiene sentido, si desde la antigüedad hemos incluso domesticado la papa. En cambio ellos, a través de una modificación química de la semilla, pretenden quitar el amargor del tarwi extrayendo su amargo incluso hasta hacerlo dulce.

La tecnología es bienvenida, claro, pero desde adentro y ¿cómo se introduce? Entendiendo al agricultor, ayudándolo a evolucionar pero entendiendo las estaciones que hay en el país, entendiendo sus formas de sembrar y las técnicas, comprendiendo la tierra. A partir de eso se construye la tecnología, porque se debe trabajar desde su propia experiencia.

El conocimiento está basado en la observación, debido a que desde hace años el agricultor ha transmitido esto de generación en generación, de sus antepasados han recibido todo el conocimiento necesario para cultivar.

Lo que pedimos los cocineros es considerar que la gastronomía peruana sólo será viable en la medida que se empleen productos propios, porque el Perú cuenta con una extensa variedad de productos con fama mundial.

Hay cosas increíbles en este país, incluso que aún no han sido descubiertas. Al introducir los transgénicos, se modificaría la gastronomía del Perú, esto inevitablemente empobrecería las herramientas que utilizamos y ¿cuáles son estas herramientas? Nuestros insumos, los alimentos con los que elaboramos los platillos y esto sin duda nos llegaría a afectar mucho.