Aunque el otoño ya llegó en Lima, los días siguen mostrando cielos despejados y temperaturas cálidas. Este clima variable es característico de los cambios de estación y suele coincidir con un incremento de infecciones respiratorias agudas, especialmente en niños menores de cinco años. El fenómeno responde a un patrón estacional recurrente que se manifiesta incluso sin la presencia de frío intenso.
Frente a este contexto, la Dra. Jene Atanacio, pediatra del Centro Médico de La Positiva Seguros, brinda una serie de recomendaciones para proteger la salud respiratoria de los más pequeños:
1. Fomentar el lavado frecuente de manos
Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos es una práctica sencilla pero poderosa para evitar enfermedades. Inculcar este hábito en los niños, sobre todo luego de estornudar, toser, jugar o antes de comer, es vital para reducir contagios en casa y la escuela. Supervisar el proceso y reforzarlo con canciones o juegos puede facilitar su aprendizaje y hacerlo parte de la rutina diaria.
2. Apostar por una alimentación rica en nutrientes
Una dieta saludable refuerza las defensas del organismo infantil. Incorporar frutas con vitamina C como mandarinas, naranjas o kiwis, y verduras como espinaca y brócoli, que aportan antioxidantes y fibra, fortalece el sistema inmune. Estos alimentos estimulan la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir virus y bacterias. Evitar ultraprocesados y priorizar productos naturales es clave en esta etapa.
3. Cumplir con el calendario de vacunación
Las vacunas son una barrera esencial contra enfermedades respiratorias prevenibles. Es importante que los menores tengan completo su esquema de vacunación, que incluye dosis contra virus como la Influenza o bacterias como el Neumococo. Estas protecciones reducen el riesgo de sufrir cuadros severos, como neumonía u otitis. Consultar al pediatra y verificar que no falten refuerzos es una acción preventiva crucial.
4. Protegerse frente a cambios de temperatura
Los cambios bruscos de clima son frecuentes en esta temporada, por eso se recomienda vestir a los niños con varias capas de ropa ligera, que puedan ponerse o quitarse según el ambiente. Esto ayuda a regular su temperatura corporal y evita exposiciones innecesarias al frío o al calor. También es importante mantener la cabeza y los pies bien abrigados, especialmente en las mañanas o al caer la tarde.
5. Ventilar los espacios cerrados a diario
Aunque la temperatura sea baja, abrir las ventanas entre 10 y 15 minutos al día permite renovar el aire y evita la acumulación de humedad, que puede favorecer la proliferación de moho y hongos. Una adecuada ventilación reduce la presencia de agentes irritantes y contaminantes en el ambiente, protegiendo la salud respiratoria de los niños, en especial si presentan asma u otras condiciones preexistentes.
La Dra. Atanacio recomienda evitar el contacto de los niños con personas enfermas y estar atentos a cualquier síntoma, incluso leve. Mantenerlos hidratados y en reposo es clave para su recuperación. “Es importante vigilar signos como fiebre alta, dificultad para respirar, silbidos en el pecho e irritabilidad, ya que podrían indicar complicaciones graves”, advirtió la especialista.