Puede parecer difícil rejuvenecer la piel pues para esto se necesitan hacer cambios y adaptaciones en tu vida diaria con el objetivo de buscar esa piel con apariencia juvenil. La alimentación es muy importante y a partir de los 40 años debemos incluir algunos alimentos que nos harán lucir más jóvenes, a pesar del paso del tiempo.
Si estás acercándote a los 40 años o ya los tienes, se aconseja incrementar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes como las frutas, cereales, integrantes, especias y hierbas. También granadas, arándanos, té verde e incluso chocolates. Continúa leyendo y te diremos qué opciones integrar a tu dieta.
1. Alimentos con omega-3
Básicos como el pescado, salmón, atún y caballa, asimismo aceite de pescado y linaza, nueces semillas de chía, brócoli y soja. Estos alimentos reducen el colesterol y triglicéridos, haciendo que las células de la piel se vuelvan más resistentes a cualquier posible daño interno y externo.
2. Alimentos que contienen carotenoides
Los tomates, toronja rosada y sandía son de este tipo. Hablamos de nutrientes que sirven para proteger células que puedan oxidarse, asimismo a estos carotenoides se les llama pigmento vegetal, el cual actúa como antioxidante. Además, produce vitamina A que es esencial para cuidar la piel.
3. Productores de colágeno
Te ayudan a lucir una piel más suave, joven y fresca. Además, el colágeno es la proteína principal que dispone la piel, aunque a partir de los 25 años se deja de producir naturalmente. Por esa razón es importante aprovechar alimentos como las frutas cítricas, mangos, col rizada, fresas, kiwi, espinaca y pimientos rojos.
4. Legumbres y aceite de oliva
Estos ingredientes cuentan con fitonutrientes iguales al de las verduras, y está demostrado que controlan el daño fotoeléctrico reduciendo el envejecimiento de piel.
Controla el consumo de azúcar
Este añadido es muy usado hoy en día en alimentos procesados. Si bajas su consumo verás cambios notorios en tu salud y cutis, pero si te preguntas por qué el azúcar es dañino para la piel, es porque justamente el componente del azúcar procesada daña las fibras del colágeno y termina provocando arrugas.