Siete razones para dejar de tomar bebidas gaseosas cuanto antes

Peligros de beber gaseosa

Las bebidas gaseosas podrán ser refrescantes, pero lo cierto es que representan una gran cantidad de peligros. Aquellos que van desde la salud física, hasta la salud mental. Por ende, si acostumbras a consumirlas, será necesario que lo hagas con moderación.

Según la nutricionista, Slovenia Ulloa Acuña, el consumo recomendable de azúcar al día es de 3 cucharadas, no más. No obstante, una botella personal (500 ml) o lata de gaseosa (355 ml), contiene el equivalente a siete cucharadas de azúcar.

A continuación, te ofreceremos siete razones para dejar de tomar bebidas gaseosas cuanto antes.

1. Inquietan el metabolismo

Una investigación por parte de la Universidad de Bangor (Reino Unido), determinó que las gaseosas tienden a inquietar el metabolismo. Disminuyendo su eficacia frente al crecimiento de azúcar en la sangre.

2. Obesidad

Los expertos han determinado que por cada bebida consumida, la posibilidad de desarrollar obesidad aumenta en un 1.6%. Siguiendo por esta ruta, la obesidad tiene como principal riesgo, el incremento de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

3. Diabetes

Estudios demuestran que las personas que consumen gaseosa desmesuradamente, obtienen un 80% más de exposición de adquirir diabetes tipo 2. De este modo, es importante poder reducir su ingesta.

4. Fallas en los riñones

Las bebidas gaseosas contienen altos niveles de ácido fosfórico. Componentes que se asocian con el origen de cálculos renales y otras complicaciones en los riñones.

5. Riesgo cardíaco

Estos refrescos contienen jarabe de maíz alto en fructosa. Ingrediente relacionado con el desarrollo del síndrome metabólico, mal que acrecienta el peligro de sufrir enfermedades cardíacas.

6. Toxinas

Continuando con los componente peligrosos de la gaseosa. Encontramos toxinas como el benceno, un carcinógeno conocido y el benzoato de sodio, componente que perjudica al ADN de las personas.

7. Esmalte dental

El alto nivel de azúcar y ácido que poseen, desencadena en el desgaste de los dientes y el esmalte que los recubre.