Vargas Llosa y García Márquez: la historia del golpe que rompió una amistad

Un golpe en una noche de 1976 rompió la relación entre dos íconos del Boom latinoamericano y dejó un silencio que aún intriga al mundo literario.

Un puñetazo, una foto icónica y un silencio que nunca tuvo final. (Foto: Difusión)

La noche en que Gabriel García Márquez apareció con un ojo morado desconcertó al mundo literario. El responsable fue Mario Vargas Llosa, su amigo y colega, en un episodio tan impactante como enigmático. Aquella agresión no solo rompió una de las amistades más emblemáticas del Boom Latinoamericano, sino que dejó una pregunta sin respuesta que aún resuena: ¿qué pudo llevar a dos futuros premios Nobel a terminar su historia con un puñetazo y décadas de silencio?

Un golpe que cerró una amistad

Lo que ocurrió aquella noche de febrero de 1976 ha alimentado durante décadas las versiones, hipótesis y mitos. El puñetazo que Mario Vargas Llosa le dio a Gabriel García Márquez no solo cerró una amistad, sino que abrió un capítulo de misterio en la historia de la literatura. Ambos eran referentes del llamado Boom Latinoamericano, y su relación estaba marcada por la admiración y el debate constante.

Según testigos, el incidente ocurrió en una función en el cine Palace de Bellas Artes, en Ciudad de México. Sin previo aviso, el escritor peruano golpeó al colombiano. El impacto no fue solo físico: la comunidad cultural quedó en shock. Desde entonces, nunca volvieron a cruzar palabra. “Jamás volví a estar con él”, dijo García Márquez años más tarde, insinuando que la ruptura tuvo que ver con conflictos personales entre Vargas Llosa y su esposa, Patricia Llosa.

“Eso fue un problema de Mario y de los chismes que le contó Patricia, que le llenó de cuentos la cabeza”, agregó Gabo en una entrevista, pero nunca ofreció detalles. El escritor falleció en 2014, llevándose el secreto a la tumba. Por su parte, Vargas Llosa prometió contarlo algún día. Sin embargo, en 2017, durante un homenaje a Cien años de soledad, declaró que hablar del tema era “entrar en un terreno peligroso”, y confirmó que no volvieron a hablarse desde aquella noche.

Una amistad que marcó una época

Durante los años 60 y 70, Vargas Llosa y García Márquez compartieron conferencias, intercambiaron ideas y hasta se dedicaron libros. Ambos fueron pilares del realismo mágico y de una generación que puso la literatura latinoamericana en el mapa. Su distanciamiento marcó el final de una era en la que la colaboración era sinónimo de revolución cultural.

Un silencio que también es literatura

La negativa de ambos escritores a revelar los motivos del altercado no hizo más que fortalecer el enigma. Con el tiempo, el silencio se transformó en parte del relato, alimentando especulaciones y teorías. Como en sus propias novelas, dejaron que el lector imagine los motivos y construya su propia versión de los hechos. Hoy, ese silencio no solo es parte de su historia personal, sino también un capítulo fascinante del imaginario literario latinoamericano.